Lo que necesita este país, antes que nada, es que se cumple estrictamente con el estado de derecho. Le llegada de un iluminado que cree que todo se resuelve "con el ejemplo" y que no cree en absoluto en la ley es la más perfecta garantía de que el estado de derecho se cumplirá todavía menos, mucho menos, que ahora.
Y sí, al parecer seguimos siendo un pueblo niño que quiere regresar a la seguridad que le da tener un padre sobreprotector que todo le da, incluso a cambio de sacrificar su libertad y su responsabilidad de crecer, madurar y ser él mismo. Por eso el deseo de volver al seno oscuro y acuoso en que ese pueblo niño ha vivido desde la época de la colonia. Incluso en buena parte del pueblo millennial pervive esa necesidad inconsciente por tener un tutor que le diga lo que tiene que hacer y que para ser feliz debe ser obediente y dócil. Lo malo es que quieren elegir al peor de los tutores.
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