sábado, 22 de agosto de 2009
¡Ay, Juanito, no te rajes!*
Nadie de quienes lo vieron aquella tarde de finales de junio lo hubiera esperado. El hombrecito se veía tan dócil y tan manso, tan sumiso y tan fácil de manipular, que ninguna persona en su sano juicio habría apostado por el menor atisbo de desobediencia. El Gran Mesías lo había elegido para protagonizar lo que éste, el Gran Mesías, con su clásica sonrisa socarrona, consideró sin duda una ideota, un genial movimiento de ajedrez que le daría un incontestable jaque mate.
La estrategia era perfecta: el hombrecito sería apoyado para obtener el triunfo y una vez que lo consiguiera, renunciaría para dejar su lugar a la consentida del Gran Mesías. Así de simple, así de sencillo.
Pues he aquí que de tal modo sucedió. Como en un cuento de Las mil y una noches, el hombrecito ganó y se convirtió en el mandamás de su demarcación y cuando el Gran Mesías esperaba que aquel dejara sumisamente su cargo para que la consentida lo asumiera, el hombrecito decidió rebelarse y decirle a ambos (o sea, al Gran Mesías y a la consentida): “¡ni madres!”.
Eso fue lo que aconteció entre Juanito, Clara Brugada y el Gran Mesías de todos (los perredistas) tan temido. El primero se ha mostrado reacio a abandonar el jugoso hueso que representa ser delegado político en Iztapalapa y ahora pone condiciones a quienes se creían sus titiriteros. “Yo tenía todo para ganar solo y sin la ayuda de nadie” ha dicho Rafael Acosta, Juanito, y aunque sabemos que eso no es verdad, lo cierto es que venció legalmente en las elecciones y está en su legítimo derecho de quedarse en la silla durante los tres años que dura el cargo.
Ojalá lo haga. Sería una ejemplar lección y un invaluable servicio a la izquierda mexicana que este ex gladiador se atreviera a desafiar al mismísimo Andrés Manuel López Obrador, algo que no osan hacer todos esos pusilánimes dirigentes del PRD que cada vez que ven al tabasqueño bajan la mirada acobardados.
Querido Johnny: no renuncies, no le hagas el caldo gordo a la Brugada y al doctor Pejestein. ¡Ay, Juanito, no te rajes!
*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
9 comentarios:
Si, ojala y saque la casta para que no se deje mangonear por el Gran Mesias.
Romperia una regla en la politica pero si de entrada no es politico, entonces no le debe nada a nadie jaja.
Como diría el corrido por aca por el norte ¿Quién iba a pensar?, ¿Quién iba a pensar? la izquierda da señales de vida, solo esperemos y no nos sorprenda el hecho de que era un simple reflejo de un muerto.
Saludos.
ja, y si lo matan por rebelde, no lo dudaria, menos del Mesias
ja, y si lo matan por rebelde, no lo dudaria, menos del Mesias
la neta se las aplicó y bien aplicada... o pues mas bien yo creo que ya viendo la plata en la mesa... digo, la neta, alguién puede resistirse??? todos tenemos precio, ni duda cabe...
Me gusta tu columna porque le das un toque cómico a la realidad política muy divertido que otros no hacen, pero que es muy certero.
No, si nomás la cara tiene.
¡Y quiere ser Presidente de la República!, al menos eso le dijo a Denisse Merker.
pus le arda a quien le arda... creo que este wey es lo más cercano a un "ciudadano real" que hay en las altas cúpulas del poder...
Publicar un comentario