sábado, 23 de abril de 2011

Un país crucificado*


En Semana Santa, la muerte sigue teniendo permiso. Poco importa que muchos, empezando por nuestros inefables funcionarios públicos de los tres poderes, se vayan de vacaciones. Poco importa que las carreteras (menos las del estado de Tamaulipas) luzcan saturadas de paseantes. Poco importa el cada vez menor recogimiento espiritual que se supone debería imponer en la gente la llamada Semana Mayor. Poco importan las playas repletas de bañistas y la baja de información en los medios. En la Pascua de 2011, la violencia no descansa. La muerte sigue teniendo permiso, aunque sea Viernes Santo, Sábado de Gloria o Domingo de Resurrección.
Desde hace cuatro años, vivimos en un país crucificado. A pesar del conteo diario de muertos, muchos tardaron en darse cuenta de ello, pero hoy es una percepción generalizada. El vía crucis es cotidiano en amplias regiones del país y no hay visos de que esto termine, al menos en lo que queda del presente sexenio. Por el contrario, la tendencia de los niveles de violencia es creciente y amenaza con extenderse a otros ámbitos geográficos.
Aunque el discurso oficial insista en que vamos por el camino correcto, uno, como simple ciudadano, se da cuenta de que sucede exactamente lo contrario. Vivimos como si estuviéramos dentro de un filme gore producido por los hermanos Almada y dirigido a la vez por Alejandro Jodorowsky y Luis Buñuel. Balas, santa sangre y surrealismo. Un cine del absurdo que, por desgracia, resulta terriblemente real.
Esta es la Semana Santa más triste que recuerdo en México. Tamaulipas es hoy la entidad mártir y no se vislumbra un real esfuerzo de la Federación por rescatarla y salvar a sus habitantes del horror en que se encuentran. San Fernando representa un microcosmos en el que todo el país debería verse reflejado para impedir que lo que ahí acontece se extienda como un cáncer incontrolable.
… y lo peor es que, al regresar de vacaciones, todo va a seguir igual en este país crucificado que no se ve cómo podrá resucitar al tercer día.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

3 comentarios:

GUEVARA dijo...

La verdad me gusto mucho su escrito, el cual leí antes de ver el vídeo. Pero la forma tan plana en que da lectura al mismo en el vídeo me pareció tan malo que amé los viedoblogs de Jimena Sanches y eso ya es mucho decir.
Jejejeje.. un saludo Sr. Michel

Hugo García Michel dijo...

Tienes toda la razón. En realidad lo del video se trataba de un ensayo y se me ocurrió subirlo, Mala idea. Ya lo quité. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Columna con toda la razon de su lado.