Fue una verdadera sorpresa. Cuando todo el mundo no piensa y no habla de otra cosa que no sea la pandemia del coronavirus y la enfermedad que provoca: el covid-19, un viejo cantautor estadounidense de 78 años de edad llamado Bob Dylan, da a conocer una nueva y larga canción de 16:54 minutos de duración. El tema apareció este 27 de marzo. Se trata del primer material original del músico desde la aparición del álbum Tempest en 2012.
“Murder Most Foul” (algo así como “El asesinato más asqueroso”) es el título de esta monumental letanía, como la han calificado algunos críticos, en la cual el nacido en Duluth, Minnesota, en 1941, le canta no a la pandemia o al obligado confinamiento, sino que hace un recuento crítico, una espléndida narración poética, acerca de los años sesenta, a partir del asesinato del presidente John F. Kennedy.
“Fue un día oscuro en Dallas, noviembre del 63 / Un día que vivirá en la infamia. / El presidente Kennedy estaba en lo alto / Un buen día para vivir y un buen día para morir / Ser llevado a la matanza como un cordero sacrificado / Él dijo: ‘Esperen un momento, muchachos, ¿saben quién soy?’ / ‘Por supuesto que sí, sabemos quién eres’ / Luego le volaron la cabeza mientras aún estaba en el auto / Derribado como un perro a plena luz del día / Era una cuestión de tiempo y el momento era el correcto / Tienes que pagar deudas, hemos venido a cobrar / Te vamos a matar con odio, sin respeto alguno. / Nos burlaremos de ti, te sorprenderemos y te lo pondremos en la cara / Ya tenemos a alguien aquí para ocupar tu lugar”, dicen las primeras líneas de la larguísima letra en esta canción minimalista, sin coros o estribillos, en la que la voz inconfundible de Dylan se hace acompañar por un piano y algunos otros instrumentos que aparecen incidentalmente, como ciertas cuerdas o una batería.
1389 palabras conforman el poema que el autor de las lejanas “Blowin’ in the Wind” y “The Times They Are A-Changin’” interpreta como en un susurro, pero con un sentimiento indiscutible. A lo largo de la letra, hay menciones a la llegada de los Beatles a los Estados Unidos, a los festivales de Woodstock y Altamont, a la ópera rock Tommy de The Who, a numerosos personajes de la música de aquella época, a blueseros y jazzistas (John Lee Hooker, Jelly Roll Morton, Stan Getz, Oscar Peterson, Thelonious Monk, Charlie Parker, Nat King Cole…, aunque luego se refiere al jazz como “toda esa basura”), a ciertas canciones (“Lucille”, “Misty”, “Anything Goes”, “At the Top”, “A Key to the Highway”, “Mystery Train”, “Another One Bites the Dust”, etcétera), pero todo retorna, una y otra vez, al asesinato de Kennedy que es el verdadero leit motiv, el tema central de la composición.
“Grabamos este tema hace tiempo y esperamos que la encuentren interesante”, escribió el buen Bob hace unos días en una breve nota, en la cual envió un saludo a sus seguidores y les transmitió su gratitud por su “apoyo y lealtad a lo largo de los años”. Finalmente, concluyó: “Cuídense y que Dios los bendiga”, en clara referencia a los momentos de epidemia que estamos viviendo en el mundo.
¿Suena a despedida? Puede ser o puede no serlo. Ojalá que no.
(Publicado el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)
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