1970. Dos años después del estremecimiento del año 68, el mundo se encontraba en plena ebullición contracultural. A lo largo de la convulsa década de los sesenta, las cosas habían cambiado de manera radical en todos los órdenes, lo cual era especialmente notorio en los terrenos de la política, la sociedad y la cultura. La humanidad era muy otra, los viejos esquemas tendían a desaparecer y el futuro se contemplaba de una manera diferente.
¿Cómo eran las cosas en 1970? La guerra en el sudeste asiático alcanzaba nuevos niveles de gravedad con la invasión del ejército estadounidense a Camboya, mientras que en Ohio se producía la masacre estudiantil de la universidad de Kent por parte de la Guardia Nacional. También en Estados Unidos era lanzada al espacio la nave Apolo XIII, cuya misión sería un rotundo fracaso. En Chile, Salvador Allende ganaba las elecciones y llegaba a la presidencia de la república. Año triste para la música: en septiembre moría Jimi Hendrix y al mes siguiente fallecía Janis Joplin, en tanto Paul McCartney anunciaba la disolución de los Beatles. Como contraparte, se formaban los grupos Queen y Aerosmith.
En México, llegaba a la presidencia el priista Luis Echeverría Álvarez. Antes, se celebró la IX Copa Mundial de Futbol que ganó Brasil en el Estadio Azteca, inaugurado cuatro años atrás. José José quedó en tercer lugar, pero fue el ganador moral en el Festival de la Canción Latina, con su célebre interpretación de la canción “El triste” de Roberto Cantoral.
También ese año, Jorge Luis Borges publicó El informe de Brodie, Octavio Paz Posdata, Gabriel García Márquez Relato de un náufrago, José Donoso El obsceno pájaro de la noche, Alfredo Bryce Echenique Un mundo para Julius, José Ortega y Gasset El espectador, Patricia Highsmith La máscara de Ripley, Agatha Christie Pasajero a Frankfurt, Roald Dahl El superzorro, Larry Niven Mundo anillo, Thomas Bernhard La calera y Darío Fo Muerte accidental de un anarquista.
François Truffaut dirigió Domicilio Conyugal y se estrenaron películas como Tristana de Luis Buñuel, Río Lobo de Howard Hawks, Mash de Robert Altman, Woodstock de Michael Wadleigh, El conformista de Bernardo Bertolucci, El mensajero de Joseph Losey, La hija de Ryan de David Lean, Historia de amor de Arthur Hiller, Trash de Paul Morrisey y dos cintas de Alejandro Jodorowsky: El topo y Fando y Liz.
En 1970 nacieron Paul Thomas Anderson, Uma Thurman, Tina Fey, Sarah Silverman, Jennifer Connelly, Vince Vaughn, Ethan Hawke, Matt Damon, Heather Graham, River Phoenix, Minnie Driver, Naomi Campbell, Maribel Verdú, John Frusciante, Gene Ween, Damien Rice, Mariah Carey, Queen Latifah, Luis Miguel, Julieta Venegas, Sasha Sokol, Benny Ibarra, Mariana Garza, Alberto Chimal, Diego Simeone, Philip Cocu y Edwin van der Sar.
Fue el año de las muertes del estadista francés Charles De Gaulle, el filósofo Bertrand Russell, los escritores Julio Torri, John Dos Passos, Yukio Mishima, François Mauriac, Paul Celan, Oscar Lewis, Erle Stanley Gardner y Roger Martin du Gard, el físico Max Born y el bluesero Slim Harpo, así como de los ya mencionados Jimi Hendrix y Janis Joplin; en México, fallecieron el ex presidente Lázaro Cárdenas del Río, el compositor (y músico-poeta) Agustín Lara, el actor cómico Marcelo “El Carnal” Chávez y las actrices María Teresa Montoya y Prudencia Griffel.
Aleksandr Solzhenitsyn recibió el Premio Nobel de literatura.
Veamos ahora una decena de las canciones más importantes de 1970.
1.- “Bridge Over Trouble Waters”. Simon & Garfunkel. Una de las mejores composiciones de Paul Simon y una de las más bellas canciones de la historia de la música popular. Con Art Garfunkel en la voz principal (Paul le pidió que lo hiciera, aunque Art quería que se cantara a dueto). Se cuenta que Simon la escribió en un rapto de inspiración y le llevó muy poco tiempo hacerla. “¿De dónde vino la canción? No parecía algo que yo fuera capaz de hacer”, confesó alguna vez el gran cantautor de Newark, Nueva Jersey. En fin, una belleza musical y poética, una absoluta maravilla.
2.- “Let It Be”. The Beatles. ¿Quién no conoce este tema escrito por Paul McCartney para el disco homónimo de los Beatles? Todo un himno generacional que ha trascendido el tiempo y sigue tan vigente como cuando fue compuesto. Más allá de la polémica suscitada por la producción de Phil Spector (a McCartney le gustaba más la forma en que la produjo George Martin, aunque al final en el disco apareció la versión de Spector, impuesto por John Lennon), la pieza es una obra maestra, plena de sencillez armónica y delicadeza melódica. Un clásico.
3.- “American Woman”. The Guess Who. Gran tema de esta agrupación canadiense. Cuenta la leyenda que la canción nació de una improvisación en el escenario, durante un concierto en Ontario. Al guitarrista Randy Bachman se le rompió una cuerda y al reemplazarla y afinarla, para probar su instrumento improvisó el hoy famoso riff; sus compañeros lo siguieron y el cantante Burton Cummings también improvisó una letra. Por suerte, un espectador pirata grabó todo y les regaló el cassette. Posteriormente la pulieron y lo demás es historia. Goodbye American woman!
4.- “Evil Ways”. Santana. Contra lo que muchos creen, esta canción no es original de Santana. Fue compuesta por el jazzista Clarence “Sonny” Henry en 1967 y grabada ese mismo año por el percusionista Willie Bobo. Sin embargo, el arreglo del grupo del guitarrista mexicano la revitalizó y la convirtió en otra cosa. Una absoluta delicia aparecida en el álbum debut de Santana.
5.- “Spill the Wine”. Eric Burdon & War. Eric Burdon había abandonado a The Animals y seducido por los sonidos africanos y caribeños, sobre todo del rock de Santana, formó War, un grupo con una mayoría de músicos afroamericanos. Este tema, contenido en el álbum Eric Burdon Declares War (1970), fue la carta de presentación y tuvo un gran éxito. El título (“Derrama el vino”) surgió porque a uno de los integrantes de War se le cayó una copa del rojo líquido sobre una de las consolas del estudio de grabación. La voz femenina de la lady que habla en español es de una amiga “latina” de Burdon cuyo nombre se desconoce.
6.- “25 or 6 to 4”. Chicago. Compuesta por Robert Lamm, tecladista de la banda (estrictamente esta sí es una banda, ya que incluye sección de metales), la pieza fue dada a conocer en enero de 1970, como parte del segundo álbum de Chicago, quizás el mejor que grabaron jamás dentro de su cuantiosa producción. Con el bajista Peter Cetera en la voz principal, el título de la canción se refiere a lo que significa tratar de escribir una canción por la madrugada, es decir, 25 o 26 minutos antes de las cuatro de la mañana. El solo de guitarra es del inolvidable y extraordinario Terry Kath.
7.- “Fire and Rain”. James Taylor. Una joya del rock folk que aparece en el segundo disco de Taylor, el espléndido Sweet Baby James de 1970. El nacido en Boston en 1948 la escribió para recordar a su mejor amiga de la infancia, Suzanne Schnerr, quien se suicidó mientras él estaba en Londres grabando su primer álbum, aunque también tiene referencias a la lucha del propio cantante contra las drogas y sus problemas para lidiar con la fama. Triste y melancólica, pero de una gran hermosura.
8.- “Venus”. Shocking Blue. Uno de los grandes éxitos comerciales del año 70 y un clásico de la música pop de todos los tiempos. El grupo holandés, con su guapa cantante de origen gitano Mariska Veres al frente, logró darse a conocer en el mundo entero para desaparecer de la escena poco después, aunque ciertamente tuvo un par de hits más.
9.- “(They Long to Be) Close to You”. The Carpenters. Esta es una de esas canciones que los rockeros más aferrados despreciaron en su momento (por “fresa”, se decía entonces) y que con el tiempo ha revelado toda su grandeza. Escrita en 1963 por Burt Bacharach y Hal David, la melodía había pasado desapercibida en otras versiones, hasta que en 1970 llegó la preciosa y expresiva voz de Karen Carpenter para darle el mood que necesitaba. Hoy es un clásico del pop.
10.- “Spirit in the Sky”. Norman Greenbaum. Aunque Greenbaum (hoy de 77 años) ha contado que quiso escribir un gospel, la música parece más bien una especie de boogie sicodélico à la Canned Heat. El autor había pertenecido al grupo The Lovin’ Spoonful hasta que decidió independizarse y estando en San Francisco grabó esta pieza inmortal y llena de referencias religiosas que hoy es casi del dominio público, sobre todo en los Estados Unidos.
(Publicado el día de hoy en "Acordes y desacordes", el sitio de música de la revista Nexos)
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