jueves, 8 de diciembre de 2011

De profecías mayas y otras jaladas*

Al menos de dos o tres años para acá, muchos locos nos han venido fastidiando con el sonsonete oligofrénico de que en diciembre del año próximo se va a acabar el mundo, “porque así lo dicen las profecías mayas”. Lo aseveran con una seguridad pasmosa, digna de mejores causas. La mayoría jamás ha visto las dichosas profecías, pero ahí están, como murga, dale y dale con lo del próximo fin de la humanidad y pecados que la acompañan.
  El delirio de estos “enterados” se ha extendido de tal manera que mucha gente se ha dejado influenciar por el anuncio de que a partir del veintitantos de diciembre de 2012, nos vamos a tener que ir de aquí todos en bola. Claro, muchos le buscan el lado positivo al asunto y sonríen satisfechos al pensar que dado que nos queda más o menos un año de estancia en la Tierra, no tendrán que pagar sus deudas (“¿te imaginas la cara de los cobradores de las tarjetas de crédito?”, comentan divertidos) y podrán darle duro a la hilacha de aquí a doce meses (sin intereses).
  No hace mucho, un viejillo gringo, de esos a los que les da por inventar religiones, nos avisó amablemente que en marzo o en mayo (no me acuerdo bien) de este año se iba a acabar el mundo. Como llegó la fatídica fecha y todos seguimos tan campantes, en lugar de aceptar que aquello había sido una mamadencia de su parte, dijo que se había equivocado en sus cálculos y que en realidad el Apocalipsis sería en octubre. Pues resulta que ya pasó octubre y nanay.
  El otro día vi en Discovery (juro que no soy de esos snobsposers se les llama ahora– que dicen odiar a la televisión y dizque sólo ven Once TV, el Canal 22 y Discovery Channel) un documental sobre esto del fin del mundo y las profecías mayas. Muy bien producido y lo que ustedes manden, pero jamás mostraron un dato convincente acerca de todo ese rollo. Porque en realidad no lo hay y todo se basa (es un decir) en suposiciones, inventos, interpretaciones chafas y ganas de perder el tiempo. Pero ahí están los profetas caguengues, duro y dale con su cantaleta: el mundo se va a acabar en 2012. Ajá.
  Ahora, tampoco se trata de negar que las cosas en el planeta están del cocol y que además de las guerras, la violencia, el hambre y la crisis económica, el problema ambiental se nos muestra cada vez más grave, con el radical cambio climático que estamos padeciendo y que hace que los fenómenos de la naturaleza (huracanes, tormentas, sismos, sequías, etcétera) sean más extremos e implacables conforme pasan los años. Eso con profecías mayas, incas, babilónicas o tepiteñas… o sin ellas.
  En la música en general y el rock en particular, han sido varias las canciones que nos hablan de una u otra manera acerca del fin del mundo. La más conocida tal vez sea “It’s the End of the World as We Know It (And I Feel Fine)” de R.E.M., pero hay otras curiosidades al respecto. Ya en los años treinta, el mítico bluesero Robert Johnson nos hablaba del tema en “If I Had Possession over Judgement Day”, mientras que en los sesenta los Carpenters nos deleitaban con “The End of the World” y diez años después, Elvis Costello hacía lo propio con “Waiting the End of the World”.
  Ahora que si de lo que se trata es de buscar señales del Apocalipsis, yo di con una hace pocos meses. Me encontraba en una tienda de discos, cuando de pronto empezó a sonar una música en verdad horrenda, irritante, escalofriante. De las bocinas surgía, a todo volumen, una voz increíblemente desafinada y estridente que gritaba (porque no cantaba) algo así como “¡quiero que te vengas a vivir todos los días conmigoooooo…!”. Alarmado, me acerqué a uno de los empleados del lugar para preguntarle qué demonios era aquello. “Es el disco de Enjambre”, me respondió. “Se está vendiendo muy bien”.
  Si la gente es capaz de consumir tamaña inmundicia musical es porque quizá nos merecemos que las profecías mayas se cumplan implacables y a la brevedad posible. ¿Para que esperar hasta dentro de un año?

*Publicado en mi columna "Bajo presupuesto" de la revista Marvin de este mes.

2 comentarios:

perla itzel dijo...

"Waiting for the end of the worl", impacientemente, porque no quiero que enjambre se venga a vivir conmigo.

perla itzel dijo...

"Waiting for the end of the world" impacientemente porque neta no quiero que ese enajembre se venga a vivir conmigo.