Estoy leyendo Una historia de amor y oscuridad, el libro de memorias
del escritor israelita Amos Oz. Son más de 900 páginas, pero es una de
esas obras literarias que uno quisiera que nunca terminaran. Aún no
llego a la mitad, pero no me corre prisa alguna. Estoy saboreando cada
página, cada párrafo, cada frase, cómo hacía mucho no saboreaba un libro
(y miren que he estado leyendo varios estupendos). Su tono es
melancólico, con detalles repentinos de ese humor judío tan
característico y disfrutable (pienso en Philip Roth, en Isaac Bashevis
Singer, incluso en los cuentos de Woody Allen). En fin, una maravilla.
He aquí un párrafo sobre la madre de Oz.
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