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Si algo enseñan los deportes de conjunto y en especial el futbol americano, es que tiene que existir un gran equilibrio entre el ataque y la defensa. Sin embargo, siempre preferiré a la línea ofensiva y en ella, el mariscal de campo o quarter back (en México decimos el córebac) es el cerebro y el líder, el que lo controla y lo maneja todo dentro del juego. Por eso a veces es bueno ponerse en manos de un quarter back y dejar que decida cómo y por dónde deben ir las cosas. Si los movimientos deben ser lentos y pausados o rápidos y definitivos, si hay que correr por tierra o lanzar pases a las alas. Una buena determinación suya normalmente resulta en el éxito de una estrategia y en su orgásmica culminación con un touch down. Sin embargo, de pronto también es bueno capturar al mariscal, sujetarlo con fuerza del cuerpo y hacerlo caer sobre el pasto. Aunque parezca contradictorio y paradójico, muchas veces lo agradecerá.
1 comentario:
¿Que paso Don H? ¿por que tan movido de tapete? ¿todo bien? Hechele ganas, así es este pedo.
Un abrazo.
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