lunes, 3 de mayo de 2010
El inimaginable parnaso de Terry Gilliam*
Antes que nada, una aclaración: contra lo que muchos creen, Terry Gilliam no nació en Gran Bretaña sino en Minneapolis, Minnesota (22 de noviembre de 1940), en los más o menos prosaicos Estados Unidos de América. Esta creencia parte del hecho de que Gilliam formó parte de los miembros originales de la troupe que conformó al legendario grupo cómico ingles Monty Python, pero él era el único norteamericano del mismo.
Dicho lo anterior, debemos saber también que la carrera de este gran actor y realizador ha sido todo menos –diría el lugar común– miel sobre hojuelas. Desde su siempre frustrado y frustrante intento de filmar El hombre que mató a Don Quijote hasta el fallecimiento del actor Heath Ledger durante la realización de la reciente El imaginario mundo del Dr. Parnassus (2009), la vida de Gilliam ha pasado por una larga serie de circunstancias difíciles de las cuales, sin embargo, ha sabido salir avante.
A sus sesenta y nueve años de edad, puede jactarse de ser uno de los pocos y selectos directores capaces de hacer lo que los críticos exquisitos denominan como cine de autor. Poseedor de un estilo muy característico, en el que el sentido del humor y la ironía más sardónica (herencias indicutibles de sus días en Monty Python) se combinan afortunadamente con una fantasía desatada y una capacidad admirable para plasmar la belleza en imágenes, este hombre aún fuerte y jovial cuenta en su obra con trabajos tan notables como la divertidamente absurda Monty Python y el Santo Grial (1975) o esas películas sólo en apariencia infantiles pero tremendamente plásticas y delirantes que son Bandidos del tiempo (1981) y Las aventuras del Barón de Munchausen (1989). Por otra parte, ha incursionado en un cine que coquetea con las utopias apocalíticas en las que el mundo es dominado por orwellianas dictaduras hiperauroritarias (Brazil, 1985; 12 monos, 1995) o que retrata a lo más lumpen de la sociedad contemporánea (El rey pescador, 1991) o que satiriza de la manera más salvaje, enloquecida y literalmente alucinante al mundo de las drogas y sus usuarios, en un homenaje –que no deja de ser tierno– al periodismo gonzo de Hunter S, Thompson (Miedo y asco en Las Vegas, 1998).
Con su más reciente cinta, la ya mencionada El imaginario mundo del Dr. Parnassus (misma que se ha vuelto más célebre por ser el ultimo trabajo de Heath Ledger, quien falleció en extrañas circunstancias cuando la filmación estaba lejos de concluir, que por sus propios e innegables méritos cinematográficos), Terry Gilliam ha hecho una especie de síntesis de varias de sus obras anteriores, ya que encontramos en ella elementos que remiten lo mismo a la suntuosa magia de Las aventuras del Barón de Munchausen que a las propuestas de la ficción científica (diría Jorge Luis Borges) de Brazil (no en vano, Gilliam escribió el guión junto con Charles McKeown, quien colaborara con él precisamente en estas dos películas). Con todas las virtudes e incluso con todas las incongruencias que de pronto aparecen en las cintas del también realizador de Jabberwooky (1975) y Los hermanos Grimm (2005), la historia del Dr. Parnassus (interpretado por Christopher Plummer) resulta fascinante por su doble juego de realidades y sus excesos visuales. Abigarrado y barroco, el filme avanza no sin tropiezos, pero al final consigue fascinar al espectador no únicamente por su lado formal, sino también por la sustancia de lo que narra.
Si bien la muerte de Heath Ledger significó un duro traspiés que estuvo a punto de provocar la cancelación del proyecto, el apoyo de gente como Jude Law, Colin Farrell y Johhny Depp (quienes asumieron el papel de Ledger) consiguió salvar al barco y conducirlo hasta buen puerto, en una larga y accidentada travesía que tiene, por si fuera poco, un extra irresistible: la actuación del gran Tom Waits en el rol del mismísimo Satanás. Sólo por eso, ya vale la pena ver El imaginario mundo del Dr. Parnassus.
*Publicado hoy en la sección El ángel exterminador de Milenio Diario.
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1 comentario:
jeje le pregunto a mi hermana: "¿Ya viste que en El Imaginario Mundo del Doctor Parnassus, sale Tom Waits?" y me dice: "es la ùltima que hizò Heath Ledger, no?"
Yo tambien soy fan de Terry Gilliam...antes solìa pensar que Dias Extraños era de èl tambien, hasta no hace mucho que me enterè que la dirigiò Kathryn Bigelow, lo que la hizo de mis directoras favoritas...en fin...aùn no veo El Imaginario Mundo...,pero la tengo, asi que tratarè de disfrutarla hoy.
Saludos :D
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