martes, 2 de noviembre de 2010

Día de muertos


Ya lo he dicho y escrito muchas veces: tanto como me gusta la celebración tradicional de este día en México, con sus ofrendas y calaveras de azúcar, así me parece abominable la manera como el Halloween ha penetrado en nuestro país para desvirtuar y superficializar estas festividades tan arraigadas. En fin, si ya desde el jardín de niños las misses (¿por qué les dicen de ese modo tan horroroso a las educadoras?) hacen que los infantes se disfracen de monstruos y brujas, la cosa por ese lado está más que perdida. Pero pues así es esto de la penetración cultural, muy distinta a la asimilación y al entrecruzamaiento de idiosincracias.

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