martes, 31 de mayo de 2011

Otra vez sin La Mosca en la Radio


El problema que tuve el fin de semana con mi computadora impidió que pudiese preparar la emisión de esta semana de La Mosca en la Radio. Sólo espero que ya para dentro de ocho días todo se regularice. Tenía planeado un buen programa, por cierto. Ni hablar.

lunes, 30 de mayo de 2011

Síndrome de abstinencia


No consumo drogas. No fumo tabaco. Alcohol, moderadamente y sólo en reuniones sociales o cuando me visita alguna amiga. Café apenas bebo un par de tazas al día. Antes decía que mi vicio era el pan, pero le he bajado a su consumo. No me considero un adicto a cosa alguna... o no me consideraba hasta ahora. Porque anoche algo le pasó a la computadora que no me dejaba entrar a ella. Por más que lo intenté no pude hacerlo y lo mismo sucedió a lo largo de ayer domingo. Realmente me desesperé. Por un lado, porque todo mi trabajo depende de ella; mas por el otro, debo aceptarlo, porque de un modo u otro me he hecho aficionado a ella. Paso horas frente a esta pantalla y diario entro a revisar mi correo y a revisar mi facebook, donde puedo estar largo tiempo, mientras en otra ventana trabajo. Gracias a las orientaciones telefónicas de mi hijo Jan, pude resolver el problema yo mismo y logré entrar al ordenador. Pero sí que sufrí con esas casi treinta horas de no contar con la compu. ¿Tendré que decir: soy Hugo García Michel y soy un computadoradicto?

domingo, 29 de mayo de 2011

Los ojos (y las pestañas) de mi niña


Denisse se fue hoy con su mamá a dos museos del centro y en el Museo de la Luz le tomaron esta foto en la que sus ojos lucen en toda su belleza (pestañotas incluidas). Me encantó y aquí la incluyo.

sábado, 28 de mayo de 2011

Eruviel TV*


Buena parte de mi trabajo periodístico cotidiano tiene que ver con la música. Es por ello que con frecuencia acudo al sitio de YouTube en busca de algún video que me permita conocer la obra de cierto grupo o solista desconocido o poco difundido. Una incomodidad con la que se encuentran desde hace tiempo los usuarios de ese portal es la del despliegue de publicidad dentro de los propios videos, publicidad que se puede ocultar mediante un simple clic, pero que no deja de resultar, digamos, molesta, aunque entendamos que se trata de una manera válida de allegarse recursos económicos.
Pues bien (¿pues mal?), desde hace unas semanas, entre los anuncios más persistentes están los del canal Eruviel TV, mismo que nos informa generosamente (es un decir) sobre los seis mil compromisos de campaña del candidato del PRI al gobierno del Estado de México y nos muestra simpáticos momentos de sus giras por la entidad mexiquense.
No es que me escandalice el uso de YouTube para hacer propaganda por parte de Eruviel Ávila o cualquier otro político; lo que me abruma es pensar en lo que se nos viene el año próximo, cuando estén dadas las candidaturas para la presidencia de la república y ya no sólo seamos bombardeados por los medios tradicionales (es decir, radio, televisión, diarios, revistas, bardas), sino muy principalmente por internet, a donde no estoy seguro si llegan las regulaciones del Instituto Federal Electoral.
Así, podríamos tener canales en línea como Cordero TV, Peje TV o Peña Nieto TV que nos atacarían por todas partes –eso sí- con el viejo y aburrido estilo de hacer propaganda política, un panorama que para los ciudadanos comunes y corrientes no suena en absoluto atractivo.
Pero en fin, serán las primeras elecciones plenamente cibernéticas y las redes sociales habrán de cumplir un papel básico, incluso en la guerra sucia entre los contendientes. Eso es algo inevitable y como fenómeno tal vez hasta llegue a resultar interesante y divertido.
¿… y usted, ya vio Eruviel TV?

* * * * *

PD: Pumas campeón, qué chingón.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 27 de mayo de 2011

Cinco frases de Groucho Marx (II)


-Él puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.

-Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa. Algún día espero leerlo.

-La justicia militar es a la justicia lo que la música militar es a la música.

-La televisión ha hecho maravillas por mi cultura. En cuanto alguien enciende la televisión, voy a la biblioteca y me leo un buen libro.

-Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

jueves, 26 de mayo de 2011

Notting Hill


No sé si ya alguna vez mencioné aquí que Denisse y yo compartimos el delicioso y muy fresa placer culpable de las comedias románticas. No necesariamente tienen que ser hollywoodenses. En el cine europeo hay excelentes muestras del género. Pues bien, mi niña compró el pasado fin de semana Notting Hill (conocida en México como Un lugar llamado Notting Hill) del director inglés Richard Curtis (el mismo de Cuatro bodas y un funeral y The Boat that Rocked) y con las actuaciones estelares de Julia Roberts y Hugh Grant. Aunque mucha gente abomina de ambos actores, a mí la verdad es que me caen muy bien. Filmada en 1999, la trama cuenta la historia de un librero que por accidente conoce a una famosa actriz estadounidense, mientras ésta filma una película en Londres, y la manera como se va dando la relación amorosa entre ambos. Me pareció una película grata e ingeniosa, sin mayores pretensiones pero con el suficiente humor británico como para hacerla muy disfrutable. Además de que verla al lado de la Dení es siempre un gozo extra, por su sensibilidad y su sentido del humor.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Un terrorífico cello


Una de estas pasadas noches vi en la tele, en plena madrugada y solo y mi alma (creo que fue el sábado antepasado), una película sudcoreana bastante aterradora, pero muy hipnotizante. Su título es Cello y fue dirigida en 2005 por Lee Woo-cheol. Todo gira alrededor de una maestra de cello que reprueba a una alumna, en apariencia injustamente, y la siniestra y sensual jovencita decide vengarse de la manera más sangrienta, al eliminar uno a uno a los miembros de la familia de la profesora, quien se ve inmersa en una terrible pesadilla. Hay escenas realmente perturbadoras, algunas llenas de terror sicológico y otras plenamente sangrientas (gores, pues). La verdad me gustó y me llegó a poner deliciosamente tenso. El final no lo cuento porque es muy ingenioso. Pasó por el canal iSat.

martes, 24 de mayo de 2011

Sin programa... hoy


Por complicaciones en la estación y también de mi parte, hoy optamos por suspender el programa de La Mosca en la Radio. Espero que la próxima semana no haya problemas y retornemos al aire como (casi) cada martes de seis de la tarde a ocho de la noche. Un saludo para todos los que gustan de escucharlo (y todo mi agradecimiento, más una sentida disculpa).

lunes, 23 de mayo de 2011

Mi única caricatura


Es decir, la única caricatura dibujada por mí que alguna vez ha sido publicada en un medio. Apareció en la revista Contactos extraterrestres (así se llamaba, lo juro) de Editorial Posada, por allá de 1980, y la firmé con mi nombre de caricaturista que jamás llegó a serlo: Gami. Me costó mucho trabajo convencer a los responsables de la reva (Ariel Rosales y el Chino Héctor Chavarría) para que me la publicaran. La encontré hace poco entre mis papeles y se me ocurrió subirla para compartirla con ustedes. Es una bobada, pero tiene su encanto, je. Pueden darle clic a la imagen para ampliarla.

domingo, 22 de mayo de 2011

Felicidad puma


Siete campeonatos se dicen fácil. Hoy los Pumas del Universidad volvieron a hacerme feliz con su victoria sobre el Morelia y la obtención del campeonato del torneo de clausura 2011. No fue un gran partido, pero a lo largo de la competencia el equipo volvió a jugar como en aquellos buenos viejos tiempos de Cabinho, Hugo Sánchez y Muñante que recuerdo con tanto gusto. El golazo de Cortés y la forma de jugar de los chavos nuevos, así como de Palencia y Verón me dieron momentos de gran dicha. ¡Pumas campeón, qué chingón!

sábado, 21 de mayo de 2011

Sexo, drogas y FMI*


Sexo y política son dos cuestiones que normalmente no hacen buena combinación. Cuando el factor sexual se entremezcla con los asuntos políticos, el resultado suele ser el escándalo, sobre todo en países con doble moral y en los que lo políticamente correcto se ha convertido en norma. Por eso las expresiones beatas de quienes se dicen espantados ante casos como el del director de WikiLeaks, Julian Assange, y las dos suecas; el del hijo “bastardo” que le acaban de descubrir al ex gobernator de California, el inefable Arnold Schwarzenegger, o el presunto abuso sexual cometido por el director del Fondo Monetario Internacional (esa institución encargada de hundir en drogas a tantos y tantos países), el francés Dominique Strauss-Kahn, affair este último que muestra ciertas aristas sospechosistas. Porque, ¿qué puede haber más políticamente incorrecto que propasarse con una mujer pobre, madre soltera, recamarera y para colmo inmigrante de un país subdesarrollado como Guinea?
Cual vil Kalimba Región 1, este socialista galo que pintaba para ser el mayor rival de Nicolás Sarkozy en las próximas elecciones presidenciales en Francia, de pronto se ve sumergido en una bronca para la cual no le ayudan sus antecedentes de mujeriego empedernido. Al contrario de lo que sucedía en México en otros tiempos, cuando el hecho de que un presidente tuviera amantes y una activa vida sexual fuera del matrimonio era hasta festejado, en los países sajones es cosa muy mal vista y castigada duramente.
Sin embargo, todo este embrollo suena bastante extraño. No dudo que Dominique haya tenido que ver con la recamarera guineana (aunque él niega que la haya violentado), pero si analizamos lo conveniente que le resulta a muchos la caída del poderoso economista y político, la trama puede no ser tan simple.
Como siempre, se emiten juicios por adelantado y se condena a un presunto abusivo, quien luego podría resultar exonerado (remember el kalimbazo). Yo prefiero no adelantarme y esperar al veredicto final. Aquí hay cosas de fondo.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 20 de mayo de 2011

Derrière


No hay motivo especial para haber subido esta foto. Sencillamente hay algo en ella que llamó mi atención.

jueves, 19 de mayo de 2011

Zapatero a tus Picassos


Según una antigua aunque poco fidedigna historia, cierta vez el pintor Pablo Picasso le dio unos cuantos poemas de su cosecha a la escritora norteamericana Gertrude Stein para que se los comentara. A medianoche, Picasso fue despertado con violencia mientras dormía. Era Miss Stein, quien lo sacudía furiosamente y le gritaba: “¡Pablo! ¡Pablo! ¡Levántate y pinta!”.

Fuente: Richard Taruskin, The New York Times, julio 27, 2003, citado en la revista Nexos No. 401, mayo de 2011.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Segunda junta


Pues el proyecto nuevo parece que va. Hoy se tomó la decisión de arrancarlo. El lugar de reunión fue otro y me acompañó Alain. Todo se ve prometedor aunque haya que sacrificar algunas cosas importantes. Me cuesta trabajo esto, pero sé que de pronto es necesario saber quitarse lastres o situaciones que carecen de futuro, aun cuando no debería ser así. Debo ser realista y apostar por algo que a la larga puede ser mucho mejor. Arriesgarme, no hay de otra.

martes, 17 de mayo de 2011

La Mosca en la Radio 53


La emisión de hoy, con bastante respuesta de público, estuvo dedicada a presentar diez propuestas muy recientes de rock en inglés, con temas de bandas y solistas como The Vaccines, The Dodos, Okkervil River, Fleet Foxes, Noah and the Whale, The Belle Brigade, Timber Timbre, Cass McCombs, Lykke Li y TV on the Radio. Creo que valió mucho la pena.
El podcast se los debo porque aún no me lo pasan. En cuanto lo tenga, lo subo.

lunes, 16 de mayo de 2011

William H. Macy, un tipo sinvergüenza*


Con su papel como Frank Gallagher, un irresponsable y cínico padre proletario de seis hijos, en la versión estadounidense de la serie británica Shameless, este actor de culto se consagra con un personaje que parece diseñado especialmente para él.

Si uno se lo topara en la calle, no dudaría en darle la vuelta o, en todo caso, en regalarle una moneda y alejarse de él de inmediato. Sucio, barbudo, de descuidada y larga cabellera, los ojos enrojecidos e inyectados por su adicción al alcohol y con un humor de los mil demonios, Frank Gallagher podría pasar por un vagabundo, un homeless de las barriadas más proletarias de la ciudad de Chicago, donde reside. Nadie diría que es el padre de seis hijos (tres adolescentes, dos niños y un bebé), de quienes se aprovecha para vestir, comer y beber –sobre todo beber–, pero a quienes a pesar de todo ama y sin los que no podría vivir.
Frank es el personaje que interpreta de manera magnífica William H. Macy, ese actor amado y hasta convertido en sujeto de culto por quienes siguen con pasión la obra fílmica de los hermanos Coen, de David Mamet o de Paul Thomas Anderson, entre otros realizadores del mejor cine norteamericano de los últimos tres lustros. Uno puede recordarlo en el papel de Jerry Lundegaard, en la película Fargo (1996) de Joel y Ethan Coen, que le valió una nominación al Oscar o como Little Bill, aquel tipo que arriba en busca de su esposa a una orgiástica fiesta en la mansión de un productor de películas pornográficas y que al descubrirla en la cama con otro, vacía su pistola en ella y en su ocasional amante, para luego suicidarse en primer plano, escena estremecedeora en Boogie Nights (1997) de Paul Thomas Anderson.
Nacido en Miami, Florida, en 1950, Macy se hizo actor en el teatro, al lado de David Mamet, con quien también se inició en el cine. Protagonista casi siempre secundario en obras de Broadway o en múltiples filmes, sus incursiones televisivas habían sido poco relevantes (la más importante quizá fue su rol como David Morgenstern en la serie ER) y es ahora, como Frank Gallagher, que encuentra a un personaje a su medida.
Shameless (Sin vergüenza) en una serie originalmente creada en Inglaterra. En ella se narran, con aplastante humor negro, las vicisitudes de una familia de la clase obrera, cuyo patriarca (por así llamarlo) ha sido abandonado por su esposa junto con sus seis hijos. Dado que el hombre no sólo es alcohólico sino desempleado, los integrantes de este grupo disfuncional (aunque en el fondo muy funcional) se las ingenian para sobrevivir y mantener la vieja casa en la que habitan. Para ello, recurren lo mismo a trabajos informales que a recursos ilegales que van del robo al fraude y a toda clase de artimañas fuera de la ley.
El programa fue adaptado a los Estados Unidos, con una mejor producción y un cuadro actoral menos crudo y un tanto más grato a la vista, pero que no pierde la fuerza del original y lo supera en muchos aspectos, como el ritmo narrativo, por ejemplo.
Los otros integrantes de la familia Gallagher no tienen desperdicio, en especial Fiona, la hija mayor de Frank y verdadera cabeza del clan, ya que frente a la irresponsabilidad de su padre es ella quien tiene que hacer frente a los problemas cotidianos y ver que sus cinco hermanos salgan adelante. Interpretada de manera esplendida por la preciosa actriz Emmy Rossum, Fiona es un personaje fabuloso. Por su carácter fuerte y decidido, pero también por su vulnerabilidad; por su simpatía y su ingenio, pero también por su sensualidad (y su abierta sexualidad).
Largo sería describir a cada uno de los riquísimos personajes de Shameless (el adolescente gay, el niño sádico, el bebé negro, los vecinos ninfómanos, la mujer psicológicamente imposibilitada para poner un pie en la calle, etcétera), pero son Frank y Fiona quienes llevan el mayor peso protagónico: el padre desobligado y borracho y la hija que a sus veinte años tiene que convertirse en virtual jefa de familia.
Quisiera imaginar una versión mexicana de Shameless, pero en una televisión tan hipócrita y falsamente moralista como la que por desgracia padecemos, es algo impensable. Por eso debemos conformarnos con visiones familiares, como las de Jorge Ortiz de Pinedo y su lamentable Una familia de diez, que poco o nada tienen que ver con nuestra realidad actual. Porque mirar sin censura –y sobre todo sin autocensura– una serie sobre una familia de Tepito o la colonia Buenos Aires y sus diarios y reales dilemas para sobrevivir, resultaría en verdad sensacional.

*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario. Ilustración: Antonio Ledezma, Nostragamus.

domingo, 15 de mayo de 2011

31 meses


Es lo que llevamos Denisse y yo de estar juntos desde el 15 de octubre de 2008. Todo bien, todo feliz, todo perfecto. Dos años y siete meses sin una sola discusión o pelea y sin razón alguna para tenerla. Cómo me acuerdo cuando aquí mismo anuncié el inicio de la relación y la cantidad de amarguetas que nos auguraron el pronto fracaso y el total desastre, eso para no hablar de las malas buenas conciencias que se escandalizaron por la diferencia de edades entre ella y yo. En fin, treinta y un meses y sumando.

sábado, 14 de mayo de 2011

Los sonidos del silencio*


Sucedió por allá de 1972. Yo tenía diecisiete años. Acompañé a mi hermano, el cineasta Sergio García, a un concurso de cine en Súper 8, organizado por el entonces Instituto de la Juventud Mexicana (Injuve) en Tepic, Nayarit. Eran los tiempos del echeverriato y aún permanecían frescos los recuerdos del movimiento estudiantil de 1968 y del halconazo de 1971. Se vivían climas de gran autoritarismo, pero a la vez el gobierno trataba de acercarse a los jóvenes por medio de actividades como aquel concurso al que mi hermano había sido invitado como juez.
Había participantes de varias partes del país (entre ellos un joven de Durango que con el tiempo llegaría a ser un muy buen realizador: Juan Antonio de la Riva). La mayoría de las películas, a pesar de sus deficiencias técnicas y narrativas, cuestionaban duramente al sistema y cuando llegó el momento de determinar a las ganadoras, uno de los jueces, un funcionario del propio Injuve, típico burócrata gris y prepotente, se opuso a otorgar el premio a una cinta que criticaba duramente al gobierno priista. Como dichos juzgadores se encontraban frente a público y participantes, conforme pasaba el tiempo la gente empezó a enfadarse y a gritarles que ya tomaran una determinación. Pero los gritos no lograban que aquel funcionario se conmoviera y seguía montado en su macho. Yo observaba aquel caos y de pronto tuve una idea taoísta que empecé a proponer a todos: “¿por qué no nos sentamos totalmente callados y clavamos nuestras miradas en los jueces?”. Aquello resultó increíble. La fuerza del silencio puso más que nervioso al tipo del Injuve, quien empezó a sudar, no soportó la presión de las miradas y terminó por ceder. El premio se lo llevó aquella cinta contestataria.
¿Qué pasaría si miles de personas se apostaran en silencio frente al Palacio Legislativo y, sin aspavientos, no se movieran de ahí hasta que fuesen aprobadas todas las reformas que urgen al país? Lograrían más que mil marchas estruendosas por Reforma. Sé que es un alucine guajiro, pero en una de esas igual funcionaría.
Se me ocurre.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

viernes, 13 de mayo de 2011

Abajoinsultantes


(He aquí un artículo de Héctor Aguilar Camín publicado hoy en su columna "Día con día" de Milenio Diario. Me parece no sólo interesantísimo, sino que comparto y entiendo su contenido (y no por quienes hacen comentarios en este blog, sino por quienes los hacen en Milenio y otros diarios del país)

Fernando Escalante Gonzalbo envió a Pablo Hiriart, director del diario La Razón, donde escribe, una petición argumentada para que en adelante el diario impida que los lectores cuelguen comentarios al final de sus artículos en la edición electrónica. Creo que los colaboradores de todos los periódicos encontrarán interesantes sus razones.
El espacio para comentarios, dice Fernando, no sirve para continuar los argumentos ni para refutarlos, ni siquiera para abrir un diálogo. En la práctica, se ha convertido en un muro para colgar insultos y nadie espera otra cosa. No es un espacio de crítica, sino casi lo contrario: los insultos, los argumentos ad hominem, los juicios de intención, son precisamente lo que queda cuando no hay razones. No sólo eso, sino que ese simulacro ocupa el lugar de la crítica y al final la hace imposible; entre otras cosas, porque los más gritones, los ociosos, los más ofensivos, hirientes y deslenguados terminan inhibiendo a todos los demás.
Sigue Escalante:
En la práctica, en ese espacio se manifiestan los peores rasgos de la comunicación por internet: el anonimato, la facilidad, la precipitación, la irresponsabilidad, rasgos que en conjunto favorecen además una radicalización tanto más irreflexiva y furiosa cuanto más apresurada, una radicalización que en algunos aspectos recuerda los movimientos de la chusma en un linchamiento.
item más:
La beatería ambiente quiere que libertad de expresión signifique que cualquiera puede decir cualquier cosa en cualquier parte, sin consecuencias. El resultado, cuando eso se aplica, es la disolución de los espacios de diálogo, porque donde la expresión importa hay reglas: en el parlamento, en un tribunal, en un salón de clases, en la prensa seria, hay reglas y las reglas importan. Donde no las hay, donde puede decirse cualquier cosa.
Finalmente:
Estamos acostumbrados a que exista ese espacio, de modo que parece impensable suprimirlo, como si fuese un atentado contra algún derecho básico. No veo por qué. No veo por qué motivo podría alguien esperar que la plataforma de un periódico o el nombre de un periodista, tengan que servir como soporte, publicidad o altavoz para difundir sus desahogos.
La facilidad de la comunicación por internet hace que el diálogo en la red a partir de la prensa sea uno de los nudos del espacio público en el nuevo siglo. Tendrá las características que queramos darle. Hoy en día se asemeja a la pared de un mingitorio público, donde uno garabatea una frase insultante, otro deja un dibujo obsceno, otro más pone sus iniciales, cualquier zafiedad, o simplemente un rayón. No es el lugar más a propósito para una conversación civilizada.

jueves, 12 de mayo de 2011

Junta


No revelaré nombres, pero hoy tuve una junta por la tarde con dos amigos con quienes hace un par de años o un poco más estaba elaborando un proyecto que al final se apagó pero que podría volver a encenderse. Ojalá así sea. Le veo más posibilidades de realizarse que en su momento. Implica cambios en algunas cosas que estoy haciendo pero creo que serían cambios positivos. A ver qué pasa.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Las mantis también envejecen


Con todos era una puta; conmigo, una fortaleza inexpugnable. Tal vez por eso me seducía tanto, tal vez por eso me obsesionaba tanto. Porque desde un punto de vista objetivo, no era precisamente una mujer espectacular, no poseía una belleza llamativa o una personalidad impactante. Más bien se trataba de una persona discreta, parca, reservada, incluso un tanto gris. ¿Cuál era entonces la razón para haber convertido en el centro de mi atención a una joven que además de todo me rechazaba, me menospreciaba, me rehuía? Dicen que el amor se basa en la sinrazón, en la falta de lógica, en el absurdo. Pero, ¿era amor lo que yo sentía por ella? ¿Era amor o un empecinamiento irracional? ¿Era quizá, como me lo dijera alguien, una mera adicción? Posiblemente sí. Ya que no me había dado por las drogas, el alcohol o la religión, me había vuelto en cambio adicto a ella, a esa mujer veintitantos años menor que yo y quien respondía al dulce nombre de Montserrat.
No obstante, lo peor de todo era que me había prendado de una hembra que saltaba de cama en cama, de hombre en hombre, con la velocidad de la luz. Y no lo ocultaba. Incluso hacía ostentación de ello. Montserrat conocía a la perfección lo que yo sentía por ella y parecía gozar con mi sufrimiento. Era una mantis religiosa veinteañera, fascinada por devorar con sádica lentitud al macho que la cortejaba. Había que exterminarlo con premeditada parsimonia. Primero las extremidades inferiores, más tarde las superiores, luego la cabeza y el torax, para terminar por comerse a dentelladas la parte más vulnerable y sensible: el cursi corazón enamorado.
Así pasaron tres, cuatro, siete, diez largos años, sin que la situación cambiara. Algo en mi interior me decía que tarde o temprano Montserrat terminaría por cansarse de su vida licenciosa, de su promiscuidad irrefrenable. Y así fue. Justo al cumplir los cuarenta. A esa edad, había perdido su frescura, su elasticidad, aun su vocación sensual. Era, o pretendía ser, una mujer madura. Decidió entonces abandonar el gusto por coleccionar varones y dedicarse a uno solo. Volverse monógama. Contraer matrimonio.
Yo continuaba cerca. Había sufrido por más de una década su desdén amoroso, pero seguía ahí, siempre servicial, siempre leal, como un perrito faldero en espera de las sobras. Ella lo sabía y por eso no se había alejado del todo. Conocedora de mi masoquista incondicionalidad, había logrado algo notable: cada vez que el frágil hilo que nos unía se tensaba y estaba a punto de reventar, lo aflojaba con astucia y lograba de ese modo que yo continuara atado a su cintura. Para mí, aquel hilo era mi única esperanza y tampoco me empeñaba en romperlo. Así las cosas, una mañana la invité a desayunar y me reveló el cambió que había decidido hacer en su vida.
-Quiero casarme. Necesito sentar cabeza.
Se veía triste, con la mirada un tanto apagada. Yo seguía mirándola, sin embargo, como la mujer más bella del universo. Al escuchar sus palabras, desde lo más recóndito de mi ser brotó un halo de ilusión. ¿Era acaso que la vida me recompensaba? ¿Tanto padecer en silencio, tanta sufrida paciencia, a final de cuentas habían valido la pena y podría aspirar, ahora sí, a convertirme en el único hombre de aquella a quien seguía amando con abnegada pasión? Después de todo, si en alguien podía confiar Montserrat para pasar a su lado el resto de sus días era en mí. Quise decírselo, proponerle matrimonio en ese mismo instante, pedir al mesero una botella del mejor vino y brindar por la felicidad que de pronto parecía asomar en mi vida. Pero ella habló primero.
-¿Te acuerdas de Jerónimo, aquel amigo mío que tantos celos te daba?
Escuchar ese nombre me hizo estremecer. Habían transcurrido ocho años desde los meses de espanto en los cuales ella anduvo con él y en los que me lo restregó en la cara en varias ocasiones. Si yo había aborrecido a todos y cada uno de los galancetes con quienes Montserrat había compartido holgadamente lo que a mí me negó siempre, por Jerónimo sentía el peor de los rencores.
-Sí, me acuerdo. ¿Por qué?
En mi pregunta vibró un temor nervioso. Mi cuerpo se llenó de tensión y mis manos temblaron a pesar de los esfuerzos por controlarme.
-Bueno, él…, Jerónimo…, me propuso que nos casáramos.
Si en aquel momento hubiera tenido un vaso en mi mano derecha, seguramente lo hubiera hecho añicos con la presión de mis dedos y habría sangrado con profusión. Y sangré, vaya que sangré. Sólo que Montserrat no se dio cuenta. Yo tenía la garganta seca y los ojos humedecidos. Ella miraba hacia otra parte.
-Aconséjame. Eres mi mejor amigo.
Ahora que recuerdo la escena, con la relativa tranquilidad que da el paso del tiempo, me parece que debimos vernos absolutamente ridículos. Una mujer que ingresaba a sus cuarenta y un hombre de sesenta y pico, de cabello cano y vientre abultado, sostenían un diálogo que tal vez habría resultado menos absurdo en personas veinte años menores. Por supuesto que mi consejo hubiera valido muy poco. Yo tenía la certeza de que Montserrat tenía decidido lo que iba a hacer y que nada, mucho menos mi opinión, le haría cambiar lo que ya había determinado.
Se casaron dos meses más tarde. Ella me llamó un día antes de la boda para invitarme, a sabiendas de que de ninguna manera asistiría. No obstante, antes de medio año se separaron y se divorciaron de manera irreconciliable. Yo sabía que eso iba a suceder. Conocía lo bastante a Montserrat como para adivinar que no estaba hecha para la vida de casada.
Jamás lo volvió a intentar. Trató de volver a su afición por las camas diversas, por los machos de ocasión, pero ya no fue lo mismo y terminó por dejar su entrepierna en paz. Ayer cumplió cincuenta años. Sé que vive sola en una pequeña ciudad costera. Hace un lustro que no la veo, si bien esporádicamente nos escribimos. ¿Que si todavía la amo? Creo que sí. Por alguna extraña razón que supongo jamás me sabré explicar, mi amor por Montserrat ha seguido vivo y su recuerdo me mantiene paradójicamente jovial. No está mal para un sujeto de setenta y dos años que sigue sin hacerse a la idea de que ya no es un adolescente.

martes, 10 de mayo de 2011

El día de la madre


Nunca he sido un especial simpatizante del Día de la madre. Será porque mi madre misma nunca nos inculcó el culto a la cabecita blanca (provengo de dos familias más dadas a festejar a las abuelas como centro del universo que a las mamás en sí), pero nunca me ha emocionado particularmente esa fecha. En la primaria más bien me resultaba un martirio, ya fuese porque durante las semanas previas nos ponían a hacer algún regalo con nuestras propias manos (y nunca he sido bueno para las actividades manuales, al menos para las de ese tipo), regalo que de manera invariable me quedaba horrendo, o porque debíamos preparar alguna canción o, peor aún, alguna obrita de teatro en la que uno salía a hacer el ridículo (recuerdo una en especial, a principios de los años sesenta, cuando iba en tercero o cuarto de primaria en el colegio Hernán Cortés -juro que así se llamaba y se sigue llamando esa tlalpeña escuela de monjas-, en cuya trama una compañera me jalaba de una oreja para llevarme ante la supuesta maestra y acusarme de alguna travesura y en venganza yo le gritaba el siguiente espantoso insulto: "¡Cuchara de viernes!" -¿cuchara de viernes? ¿Qué demonios significa eso?, me he preguntado durante el resto de mi vida).
Otro inconveniente del Día de la madre, ya en mi adolescencia, era que como yo y un par de amigos más sabíamos tocar la guitarra, al resto de la palomilla se le ocurría realizar un periplo por las casas de cada una de sus progenitoras para cantarles "Las mañanitas", "Página blanca" y "Reloj" ad nauseam. Los jodidos guitarristas teníamos que fletarnos todas las serenatas a lo largo de tres o cuatro horas y por diversos rumbos de la ciudad (por cierto, la que más odiaba era la que le llevábamos a mi propia madre; no por mala onda, sino porque las serenatas siempre me han parecido la cumbre de la cursilería). Asi fue a lo largo de cinco o seis años.
En fin, yo no soy dado a celebrar este día inventado en 1922 por Rafael Alducín, director del diario Excelsior, como una manera de contrarrestar a los movimientos feministas que surgían en diferentes partes del país, en especial en el estado de Yucatán. En una palabra, el Día de la madre es el del enaltecimiento de la mamá abnegada, sufrida y ultraconsevadora que tan bien encarnaron en el cine nacional actrices como Sara García (quien por cierto era lesbiana), Libertad Lamarque, Marga López, Carmen Montejo et al.
Paso.

lunes, 9 de mayo de 2011

Ausencia femenina


Me preocupa. Parece producto de una maldición. Ya me había pasado alguna vez y pensé lo mismo. No sé en verdad a qué se deba. ¿Casualidad? ¿Embrujo? ¿Cómo saberlo? Alguien tendrá que romper con ello, ¿pero quién, cuándo?

domingo, 8 de mayo de 2011

La robe du soir


Denisse retornó ayer en la tarde de Pátzcuaro. Fui a recogerla a su escuela. Le fue muy bien y regresó muy contenta. Ya en la noche, vimos en iSat una película francesa muy buena: La robe du soir (El vestido de noche), dirigida en 2009 por Myriam Aziza y Sophie Bredier, acerca de una estudiante de catorce años que se enamora de su liberal maestra sin que ésta se dé cuenta y de todo lo que acarrea esa situación. Sutil, elegante, interesante, muy bien narrada, dirigida y actuada. No cabe duda de que el cine europeo en general y el francés en particular son muy otra cosa.

viernes, 6 de mayo de 2011

Mis amigos famosos antes de serlo


No deja de ser extraño el hecho de que muchos amigos y amigas a quienes conocí hace varios años ahora son, de una u otra manera, figuras públicas o cuando menos tienen nombres conocidos en algunos ambientes. No sólo eso, sino que se trata de personajes a quienes mucha gente mira con respeto, admiración y hasta alguna veneración, aunque también en ciertos casos son criticados y hasta repudiados. En fin. Pero pues yo que los conozco desde hace tantísimos años los sigo viendo como amistades a las que frecuento, despojadas de cualquier glamour o estrellismo. Para mí son personas comunes y corrientes, amistades queridas despojadas de cualquier aura. Entre los nombres que puedo citar al respecto están los de Fernando Rivera Calderón, Verónica Maza Bustamante, Patricia Peñaloza, Jairo Calixto Albarrán, Eduardo Limón, Rafael Tonatiuh, Fedro Carlos Guillén, Karem Martínez y Anna Stephens. Seguro se me escapan algunos.
Con la mayoría conservo una muy buena amistad, con algunos hay una hermandad y un cariño muy grandes y a otros casi no los veo ya. Pero los conocí cuando más o menos empezaban y no tenían aún el nombre o la poca o mucha fama de que gozan hoy día. Por todos ellos me da mucho gusto.

jueves, 5 de mayo de 2011

De Gatos y otras cosas


Ayer me reuní con el editor de una revista de rock en la que voy a empezar a publicar una columna mensual. No revelaré el nombre de la persona como tampoco de la publicación, porque no quiero quemar el asunto. Acepté porque finalmente La Mosca en la Red es una revista en línea y mientras no dirija otra en papel (sea La Mosca en la Pared o cualquiera más), me parece que no existe eso que llaman conflicto de intereses. Además, me gustó la propuesta y el mencionado editor fue muy amable conmigo. Ya les avisaré cuando salga publicada la columna en su momento.
En cuanto al día de hoy, tuve reunión con Jorge y Ari de Gatos de Arrabal. El ensayo de reactivación de la banda se pospone para el veintitantos de este mes. También hoy, Denisse se fue a Pátzcuaro con sus compañeros de escuela. Regresa el sábado.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Dejad que las niñas se acerquen a mí


Alguna vez, mi hermano Sergio, quien siempre tuvo un gran arrastre con las mujeres, me comentó que él jamás se les lanzaba a las chavas y que dejaba que fueran ellas las que se le acercaran. Era una época en la que yo moría por cierta mujercita y ésta nada más no me hacía caso. Años después, pude comprobar que la mejor manera de atraer a las personas del sexo opuesto es cierto grado de inacción cuasi taoísta y que nada hay peor que ser encimoso, persistente, ansioso e insistente. Dejad que las niñas se acerquen a mí, para decirlo en una paráfrasis del buen Jesús.

(Claro que no basta con eso y que hay otros puntos importantes que pueden hacer de uno un sujeto del interés femenino, pero eso será mejor dejarlo para otra ocasión).

martes, 3 de mayo de 2011

La Mosca en la Radio 52


Este es el podcast del programa de hoy martes 3 de mayo. Estuvo dedicado al rock y los niños y tocamos música del disco Kids Will Rock You de Rock Kids. Espero que sea de su agrado.

lunes, 2 de mayo de 2011

La culpa la tiene Fidel


Anoche Denisse y yo vimos una preciosa película francesa. Se llama La culpa la tiene Fidel (La faute à Fidel) y fue dirigida en 2006 por Julie Gravas, hija del célebre realizador Costa Gavras (Estado de Sitio). Basada en una novela de Domitilla Calamai, la cinta narra la historia de Anna, una niña de nueve o diez años que vive con sus padres ultraizquierdosos en el París de principios de los años setenta, ciudad aún convulsionada por los ecos del mayo francés de 1968. Junto con su hermano pequeño, la chiquilla sufre con las ideas de sus progenitores (en especial de su papá, nacido en la España franquista, de la que es exilado), obsesionados ambos con la llegada de Salvador Allende al gobierno de Chile y el apoyo que deben darle desde Europa. Anna crece en medio del desconcierto, ya que al principio vive en una casona burguesa en la que tienen a una ama de llaves cubana (que le habla pestes de los “rojos” y los barbudos” comunistas) y estudia en un colegio de monjas, pero cuando sus padres abrazan de plano al activismo, se mudan a un estrecho y oscuro apartamento, sin lujos, en el que pululan revolucionarios sudamericanos… y barbudos.
Todo está narrado con una ironía deliciosa y siempre desde el punto de vista de la preciosa chavita, quien al final termina por aceptar las cosas y se adapta incluso a una escuela pública.
Un gran filme que recomiendo sin dudarlo.

domingo, 1 de mayo de 2011

Rescatemos a los niños…, con un buen rocanrol*


Pobres de los niños, tan lejos de la buena música y tan cerca de Justin Bieber. Vulnerables como pueden ser al estar tanto tiempo expuestos a la parafernalia de los medios y a la mediocre música pop que éstos proponen, nada mejor que ponerlos en el camino de la nueva música clásica (José Agustín dixit), es decir, del buen viejo rocanrol, que es el mejor antídoto contra Biebers, Jonas Brothers, Miley Cyrus, Gagas y demás poperías funestas.
Para ello, un buen regalo en este día del escuincle es el disco Kids Will Rock You (Virgin), aparecido en 2003 pero que sigue en circulación y presenta varios temas clásicos, entre otros, de Queen, Joan Jett, Aerosmith, Pink Floyd, Deep Purple, The Who, los Rolling Stones y los Beatles, interpretados más que bien por chavitos ingleses que vaya que saben rocanrolear (sus versiones de “My Generation” y “School’s Out” son sencillamente sensacionales).
¡Salvemos a nuestros enanos! ¡No permitamos que terminen como friquis en el horror de Pequeños gigantes!

*Publicado ayer en la sección Q.R.R. de Milenio Diario.