miércoles, 30 de julio de 2014

Cadillac Records

Amo las películas que tienen que ver directamente con el rock (puedo hacer una extensa lista de las mismas y escribir de ellas; es más, lo iré haciendo en este blog). Es el caso de Cadillac Records, la cinta dirigida por Darnell Martin en 2008.
  Creo que la primera pregunta que surge luego de verla es: ¿cuál es en verdad la disquera madre del rock, Sun Records o Chess Records? Sobre la historia de esta última es que trata Cadillac Records, de cómo los hermanos de origen polaco Phil y Leonard Chess (aunque la trama se centra en este último, interpretado magníficamente por el gran Adrien Brody) se interesaron -comercialmente primero y musicalmente después- por la llamada race music, es decir, la música negra originaria, esencialmente el blues, el soul y el rhythm n' blues, estos dos últimos géneros en su fase primigenia, y de cómo fundaron el sello que comenzó a difundir a intérpretes y autores tan importantes y grandiosos como Willie Dixon, Muddy Waters, Howlin' Wolf y Chuck Berry.
  Con un casting soberbio (las personificaciones de los cuatro músicos mencionados, así como de otros como el armoniquista Little Walter o la cantante Etta James, resultan fantásticas), un guión espléndido y actuaciones de primer nivel, para no hablar de la magnífica música que se escucha a lo largo de la película, Cadillac Records termina por ser no sólo una ficción basada en acontecimientos reales, sino un verdadero documento de una época llena de riqueza artística, la era que fundó y dio forma no sólo a la race music, sino al rock n' roll y al rock.
  Con numerosas anécdotas perfectamente desarrolladas (cómo Willie Dixon empezó a componer para Muddy Waters y otros, la rivalidad entre este último y Howlin' Wolf, la vida anárquica y llena de excesos de Little Walter, la visita de los Rolling Stones a la disquera -donde grabaron el histórico EP Five by Five-, los conflictos incluso sentimentales y sexuales suscitados con la llegada de Etta James, la manera como Leonard Chess usaba la payola para que las radiodifusoras aceptaran tocar a sus músicos, etcétera), la cinta es un deleite y debería ser obligatoria para todos aquellos que dicen hacer rock y necesitan con urgencia conocer sus verdaderas raíces.
  Esplendida.

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