sábado, 18 de julio de 2015

Una fuga de película

Los filmes sobre temas carcelarios siempre han gozado de la preferencia del público cinéfilo y aquellos que contienen fugas suelen emocionar al respetable con ese suspenso que lo tiene al borde de la butaca y lo hace identificarse con el héroe que vence una serie de peligros, hasta lograr salir de la prisión o el campo de concentración en el cual se hallaba confinado.
  En el caso que nos ocupa, se encuentran presentes varios de estos elementos. El personaje principal posee un carisma que hace que mucha gente simpatice con él, más cuando se sabe que es un tipo agudo, inteligente, carismático, con ese halo entre misterioso y legendario que siempre atrae a los espectadores.
  La manera como el mencionado personaje urdió su plan y como, a lo largo del tiempo que duró su estancia en el terrible reclusorio, fue excavando aquel túnel con paciencia infinita y sin que nadie –ni una sola de las autoridades del penal, ni uno solo de los guardias, ni uno solo de sus compañeros de reclusión– se percatara de lo que hacía, no deja de resultar asombrosa, francamente difícil de creer, y sin embargo, así sucedió (cuando menos esa es la versión que nos quieren dar quienes hicieron el guión de este hecho de la vida real).
  A uno le entra la duda y desconfía ante lo que le presentan como producto terminado. ¿De veras era posible escabullirse de ese modo? ¿En serio que nadie se dio cuenta ni cuando entraban a su celda? Porque aunque tampoco nosotros lo veíamos, resulta inverosímil que un solo hombre, por más astuto e imaginativo que sea, pueda llevar a efecto semejante hazaña y desaparecer de pronto de su calabozo, para meterse a un túnel, cruzar más de un kilómetro a través del mismo y salir del otro lado de los límites de la cárcel para escabullirse en la oscuridad, sin dejar la menor huella.
  Por supuesto que ustedes ya saben de quién estoy hablando. No puede haber lugar a dudas: me refiero, claro está, a Andy Dufresne, el personaje de la cinta The Shawshank Redemption (conocida en México como Sueño de fuga) que protagonizara Tim Robbins en 1994. Muy buena peli.

(Publicado el día de hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

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