martes, 19 de marzo de 2019
El globo del odio
Con sus acusaciones sin sustento de cada día, durante la misa de siete
en Palacio Nacional, el presidente está inflando un globo de odio. Odio
que inyecta en sus fanáticos, quienes se lanzan como perros de presa en
contra de quienes señala su amo, por ahora tan sólo en las redes. Odio
que crea en aquellos a los que acusa sin cesar, destruyendo sin piedad
su reputación y su honra, sin aportar prueba alguna de sus condenas
flamígeras. ¿Cuál es el fin de provocar tanto odio? ¿Qué gana con ello?
No lo sé. Sólo sé que está inflando un globo de rencores que, tarde o
temprano, podría reventarle en la cara. A él y al país.
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