viernes, 12 de febrero de 2010

Saúl Hernández y yo


Miro la portada del primer ejemplar de La Mosca en la Pared, con Saúl Hernández en primerísimo plano, y pienso que no deja de ser irónico que haya sido el entonces cantante de Caifanes quien apareciera en esa histórica carátula. Lo digo porque desde hace años se me atribuye una especie de odio en contra del autor de "La célula que explota" y sé que él mismo piensa que algo personal tengo en contra suya. Nada más alejado de la realidad. Cierto que nunca me gustó Caifanes y mucho menos me gusta Jaguares, cierto también que desde principios de los noventa, en mi columna "Bajo presupuesto" del diario El Financiero, critiqué los discos de los primeros y que seguí haciendo lo mismo, en La Mosca, con los segundos. Las canciones caifaneras y jaguarescas me parecen en su mayor parte deficientes (aunque acepto que hay algunas más o menos buenas, sobre todo en El nervio del volcán) y sus letras me resultan terriblemente pretenciosas y llenas de seudopoesía y de metáforas ridículas. Pero siempre critiqué a esas dos bandas (y a muchas otras más, como La Maldita Vecindad, Café Tacuba o Control Machete, por ejemplo) desde un punto de vista musical, jamás desde la perspectiva personal. Nada, pues, tengo contra la persona de Hérnández. Al contrario. Cuando en 1994 estaba yo haciendo un libro que me solicitó Editorial Planeta (el volumen iba a llamarse Rock bajo palabra), con entrevistas a los integrantes, sí, de La Maldita Vecindad, Café Tacuba, El Tri, Santa Sabina y Caifanes, al querer entrevistar a estos últimos, me topé con la negativa de Alejandro Marcovich ("Si el libro fuera tuyo, no tendría problema para darte la entrevista; pero como va a ser de una editorial que va a obtener un lucro de ella, no puedo dártela de manera gratuita", me dijo el guitarrista, palabras más, palabras menos). Al enterarse de esto, fue el propio Saúl Hernández quien me buscó para darme la entrevista y de ese modo pude hacerla, en la casa donde éste vivía, si mal no recuerdo por el rumbo de la colonia Las Águilas. Obviamente no me cobró un centavo y es algo que siempre le agradeceré. Años más tarde, en 1996 o 1997, ya en la segunda época de La Mosca, volví a entrevistarlo y debo decir que todo el tiempo fue amabilísimo conmigo. No tengo entonces razón alguna para sentir rencor contra él. No obstante, como periodista, editor y crítico, tuve que escribir mis opiniones cada vez que un disco de Caifanes o Jaguares me parecía malo y en la revista ironizamos más de una vez al ver a éstos en la portada de Eres, por ejemplo. La cosa es que en el ánimo de muchos se creó la idea de que yo odiaba a Saúl y sobran aún quienes están convencidos de ello. Una amiga reportera estaba empeñada hasta hace poco en hacernos una entrevista a los dos juntos, lo cual no dejaría de ser simpático. En fin, son reflexiones que me vinieron a la mente al ver esa primera portada de La Mosca en la Pared. Nunca dejará de sorprenderme cómo las percepciones de la gente, aun cuando partan de falsas premisas, terminan por convertirse en netas incontrovertibles.

7 comentarios:

Migui Jendrix dijo...

órale!. Yo era uno de esos que pensaban que te caía mal el caifán mayor. Mira que cosas son en realidad. En fin... ¿Pero a qué se refieren exactamente cúando dicen que alguien, o una canción, es pretencioso?

Anónimo dijo...

que no fue en uno de los primeros numeros donde hiciste una reseña del primer disco de jaguares, alabandolo (al disco) presurosamente? O esa vez solo fue una excepecion porque en ese disco toco jose manuel aguilera?

Rodrigo R. Herrera dijo...

Y yo lo único que me pregunto es ¿Dónde puedo conseguir ese primer número de La Mosca?
Segun mi cuenta me falta algo asi como 20 numeros para completar mi colección de La Mosca, el número más añejo que tengo es el 5 pero ya ni en el Chopo encuentro los que me faltan :(

PEDRO EL AZKIL dijo...

Estimado Hugo.
A lo largo de la historia de la Mosca, siempre discutí con mis amigos que tus críticas iban en función de los discos de Caifanes/Jaguares, ya que tanto para ellos como para mi, Saúl Hernández fue y ha sido por mucho, el impulsor y transformador de lo que justo en la Mosca se manejó siempre: el "rockcito nacional".
El tiempo y tu artículo me dan la razón. (Tuve la oportunidad de conversar con el en alguna ocasión y como dices, fue amabilísimo).
Saludos.

Corannieit dijo...

Curiosa anecdota Master. Siempre pense que era al contrario: que Saul Hernandez tenia alguna fobia o resentimiento hacia usted o La Mosca. Recuerdo que en alguna entrevista Saul declaro que una de las razones (entre muchas, supongo) que llevaron a la ruptura de Caifanes era que Marcovich era cada vez mas quisquilloso con la cuestiones de dinero de la banda...creo que su anecdota lo confirma y, aunque sus razones pudieran ser validas, desde mi punto de vista deja mal parado a Marcovich.

Saludos,
Corannieit

Iván dijo...

¿Si no te gustaba Caifanes por qué hiciste a Saúl la portada del primer número de la mosca? ¿Ya ves por que Markovich era así de mamón con los oportunistas como tú? :) No entiendo porque nadie te dijo esto antes: ah sí, puros fans...

Anónimo dijo...

La banda se hace de ideas y existe un perfíl de rockero nacional "exotérico" que disfruta más del debate fanático y la automatización que de la música en sí. Por eso luego no entienden la letra de las rolas que cantan, bailan y slamean. Pretencioso es que pretende ser algo que no es. Saludos y btw conozco personalmente y he trabajado e interactuado con Saúl, Sabo y Diego. Todos excelentes personas.