sábado, 24 de abril de 2010
Todos contra Sabina*
Pobre Joaquín Sabina. Tan lejos de Dios y tan cerca de Felipe Calderón. De pronto, al autor de ese maravilloso canto a la infidelidad amorosa que es “Y sin embargo” le han llovido los palos de los políticamente correctísimos, quienes como siempre, en su papel de ayatolas izquierdosos e inquisidores puros, hacen cera y pabilo de cualquiera que se atreva a contradecir los cánones del nuevo Manual de Carreño progre.
¿Qué hizo el buen Sabina para que lo condenaran al cadalso? Cometió un pecado terrible: llamar ingenuo al presidente Calderón por su política belicosa contra el crimen organizado y luego, ¡horror!, aceptar una comida en Los Pinos con el propio Felipe y con el secretario Gómez Mont, ambos admiradores confesos del madrileño.
No lo hubiera hecho. Hoy, los fans fatales del flaco cantautor se desgarran las vestiduras y están a punto de organizar una quema de discos, incluidos esos de títulos tan al caso como Malas compañías, Enemigos íntimos y Mentiras piadosas. Todavía hubiera aceptado comer con Hugo Chávez o con Evo Morales (sí, el de los pollos que producen homosexuales). Pero no. A Sabina se le ocurrió compartir el pan y la sal con el “espurio” y eso, en territorio comanche, se paga con sangre.
En lo personal, nada veo de grave en este hecho que no va más allá del terreno de lo anecdótico (Ciro dixit) y que sólo ha servido para mostrar, una vez más, la intolerancia de la más que reaccionaria feligresía neostalinista que padecemos.
Ánimo, Joaquín, que seguramente de peores gulags te han corrido.
*Pûblicado hoy en mi columna "Cámara húngara¨de Milenio Diario.
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3 comentarios:
Un placer leerte.
Saludos Hugo
Lo peor hubiera sido que Sabina se retractara, pero lo dicho dicho esta. Ole por el matador y vampiro madrileño.
Lo más notable de esta nota es tu, digamos, reverencia hacia Ciro Gómez. Hacía falta citarlo? Creo que no, pero entiendo que es como tu jefe, y conste que no menciono nada acerca de que Milenio es el periódico de Televisa, eh. Muchos saludos desde la capital de Tamaulipas, ciudad Victoria.
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