sábado, 5 de marzo de 2011

La culpa de todo la tiene Yoko Ono


En México llevamos tan incrustado aún el chip del presidencialismo omnímodo que creemos que todo lo que acontece, todo lo que sucede, todo lo que en este país se mueve (para bien, pero sobre todo para mal) es por la voluntad del Señor Presidente (así, con mayúsculas). Es por ello que no sorprende la automática reacción de muchos, quienes ante los supuestos actos de censura que se han dado recientemente (Aristegui, Botellita de Jerez, Presunto culpable) reaccionan de inmediato, llenos de histeria y sin meditación alguna, para culpar de represión y tiranía al gobernante que les quede más a modo (en los casos de la periodista y el documental, al presidente de la república; en el del grupo de guacarrock, al gobernador del Estado de México).
Sin necesidad de pruebas contundentes o de evidencias claras, se lanzan irresponsables acusaciones que caen como semillas en tierra fértil y crecen cual yerba mala en diversos sectores de eso que llamamos opinión pública y, muy especialmente, en esa arma de dos filos que son las redes sociales (“la culpa de todo la tiene Yoko Ono”, cantaba la banda española Def Con Dos en los años noventa).
En el asunto de Presunto culpable, leí en internet cosas como que con su retiro de las carteleras cinematográficas (algo que a final de cuentas no sucedió) quedaba demostrado, “para todos aquellos que siguen criticando a Hugo Chávez”, que Felipe Calderón “es un verdadero tirano” (¡cuando la propia Secretaría de Gobernación se manifestó contraria a la censura de la película!). Incluso, alguien escribió que esto le recordaba a las dictaduras sudamericanas de los años setenta. O sea…, ¡no mamen!
Nos encanta ver moros con tranchetes e inventarnos satrapías en donde no las hay. El actual gobierno ha cometido grandes errores (el principal, a mi modo de ver, la forma como encaró la guerra contra el narcotráfico y desató a un avispero incontrolable –y conste que eso lo escribí aquí desde principios de 2007), pero ni por asomo es una dictadura.
Mejor no invoquemos al diablo de la intolerancia y la falta de libertades, no vaya a ser que de veras se nos aparezca.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

1 comentario:

Cuauhtémoc X dijo...

Po´s empice apreocuparse don huguiño, con eso del casi seguro regreso del pri a los pinoles, en el país va a pasar lo que
sucede en los estados de prístina alcurnia: medios más que coptados, chayote al por mayor, acallamiento de voces disidentes, cuatismo mediático, etc. etc.
Pa más señas: Edo mex, coahuila, veracruz, y demás ejemplos nada ilustres.