Vi anoche la pelea entre Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez y el impresionante y totalmente inesperado knock out que éste le propinó a aquél. Fue una cosa en verdad alucinante.
Hoy, a lo largo del día, muchos tuiteros se dedicaron a denostar al peleador mexicano, no porque haya hecho trampa o alguna marrullería antideportiva, no porque en el cuarto y quinto asaltos haya perdido puntos frente al filipino. No. Lo denostaban e insultaban porque se le ocurrió dedicar su victoria al presidente Enrique Peña Nieto. Es decir, un motivo absurdo. Como si no se supiera ya que Márquez es priista y que además está en todo su derecho de dedicar sus triunfos a quien se le antoje.
Obviamente, los molestos eran los pejistas y demás remoras, pero ni vale la pena perder el tiempo con eso.
Algunos también criticaron al boxeo por lo amafiado que está o por lo violento que es de por sí. Nunca he sido un aficionado a ese deporte, si bien cuando adolescente me gustaba ver pelear al campeón mundial de peso pluma, el mexicano Vicente Saldivar, y por supuesto, al mejor pugilista de todos los tiempos: Cassius Clay (más tarde Muhammad Ali).
Sin embargo, el box ha sido tema literario y varios grandes escritores fueron apasionados seguidores del mismo. Desde Ernest Hemingway hasta Julio Cortázar y desde Arthur Conan Doyle hasta Norman Mailer escribieron relatos sobre el tema. En especial, yo tengo muy marcado un cuento del gran Jack London, titulado "Por un bistec" (A piece of stake). Escrito en 1909, narra la historia de un viejo boxeador llamado Tom King, quien ya a punto de retirarse y viviendo en una gran pobreza al lado de su escualida mujer, acepta pelear con un joven y fuerte pero inexperto púgil. Si le gana, tendrá el dinero para darse un lujo que se ha convertido en su obsesión: comerse un buen bistec.
La mayor parte del cuento narra la pelea, el enfrentamiento entre la experiencia y la novatez, pero tambien entre la vejez y la juventud, entre la sabiduría y el arrebato. Hay mucho de filosófico en este grandioso relato, lleno de tensión, emoción y filosofía. Una maravilla.
Al final, Tom es derrotado y se queda sin un centavo en el bolsillo. Humillado, regresa a pie a su casa, donde lo aguardan su esposa y el hambre, la miseria y, peor aún, la frustración de no poder disfrutar de aquel ansiado pedazo de jugosa carne.
3 comentarios:
Hola Hugo. A mí la neta sí me molestó la dedicatoria, como que me quitó el buen sabor de boca de la pelea por cuestiones personales, pero no estoy de acuerdo en la manera en que se le atacó y obviamente puede dedicárselo a quien quiera. La onda es que hasta cierto punto se vio lambiscón, pero pues cada quien. La pelea pasada contra Pacquiao, ahí sí había bronca porque salió con el logo del PRI y eran tiempos electorales en Michoacán y pre-electorales en todo el país, pero esta ocasión no. Y lo que no me late es que pase de héroe a villano por la declaración, siendo que el mérito de ganar lo tiene. Todo parece que es o blanco o negro, pero en fin. ¡Saludos!
Hugo; yo puse esto ayer en mi cuenta de Facebook, y fui "atacado" por muchos de mis amigos, además de priista es americanista. ¿Y eso qué?
Y ahora resulta que Márquez no puede decir que apoya al estúpido de Peña. Prefiero que lo apoye abiertamente a que se esconda como los televisos y periodistas en general. Si anoche hubiera perdido, hoy hubiéramos amanecido como hace un año, compadeciendo, maldiciendo al box, a los jueces etc. Pobre Márquez! Por qué siempre a nosotros! Diríamos. Al igual que muchos no reconozco a Peña como presidente; pero si mi vecino, alguno de mis amigos o familiares sí, pues respeto su decisión y se establece un diálogo. Cualquiera que ocupe la silla, NO merece ser alabado, ni idolatrado. Son simplemente políticos y así deben ser tratados. Existen muchos famosos que apoyan abiertamente a políticos con los que simpatizamos y nunca hablamos mal de ellos. Si Márquez apoyara a alguno de estos lo trataríamos como un verdadero héroe y hay que aclarar que aunque haya ganado no lo convierte en eso. Yo me quedo con lo que vi de la pelea: el derechazo en la cara que dejó en la lona a uno de los mejores boxeadores de la historia y ese derechazo lo soltó Juan Manuel Márquez.
Me parece ridículo que se le pida actuar "políticamente correcto" a Márquez. Es un boxeador -sólo eso y ya es mucho- que ganó -muy bien ganado- y le dedicó el triunfo a su cuate o inversión de cuate. Él sabrá porqué lo hace. Yo sólo le pido entrega a la hora de boxear y siempre ha cumplido, a mi parecer. Saludos.
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