lunes, 5 de junio de 2017

Dirty

Producido por Butch Vig, Dirty (1992) es (junto con su predecesor Goo, de 1990) algo así como el álbum grungero de Sonic Youth, no sólo desde un punto de vista cronológico sino también desde uno musical.
  Lejos de que eso sea un defecto, la grabación de este disco demostró que el grupo iba por el buen camino de la apertura y la amplitud de miras, sin traicionarse jamás a sí mismo.
  Con una fuerte presencia –más punkroquera y menos noise– de las guitarras de Thorston Moore y Lee Ranaldo, esta obra posee una muy especial frescura, tal como lo demuestra el corte inicial, el sensacional “100%”, una pieza con la fuerza suficiente para remover las entrañas de cualquier rocanrolero de cepa en cualquier época. Pero lo mismo puede decirse de la densísima “Swimsuit Issue” (Kim Gordon a plenitud), la extrañamente bella “Theresa’s Sound World”, la extraordinaria “Drunken Butterfly” (cuando Gordon canta “I love you, I love you, I love you, what’s your name?” del modo como lo canta, uno no puede sentir sino escalofríos), la sobrecogedora “Shoot”, la intensa “Wish Fulfillment” (cantada por Lee Ranaldo), la rocanrolerísima y velvetundergroundiana “Sugar Kane”, la estridente “Orange Rolls, Angel’s Spit”, la sobrepolitizada “Youth Against Fascism”, la inenarrable “Nic Fit”, la seductora “On the Strip”, la muy militante y magnífica “Chapel Hill”, la fuera de serie “JC”, la graciosa y contundente “Purr” y la conclusiva “Créme Brûlèe”.
  Dirty es una obra directa y sin concesiones, pero en el fondo es, sobre todo, un esplendoroso disco de rocanrol.

(Reseña que escribí originalmente para el Especial de La Mosca en la Pared No. 39, publicado en abril de 2007 y dedicado a Sonic Youth)

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