¿Un paso atrás? ¿Un retroceso con respecto a su primer disco (The Clash, 1977)? Muy posiblemente sí.
El segundo álbum de los de Londres careció de la fuerza de su antecesor, a pesar de la participación del productor metalero de origen estadounidense Sandy Pearlman (Blue Öyster Cult, The Dictators), quien no pareció entender del todo las diferencias entre el punk y el heavy metal. No que se trate de un mal trabajo, pero uno hubiera esperado más, mucho más, después de las promesas incubadas en el primer disco de la banda.
Hay aquí temas estupendos y llenos de rabia punkera (señalemos tan sólo los tres con los cuales abre el plato: “Safe European Home” –un canto a la nostalgia que sentían Jones y Strummer por su lluvioso y gris Londres, ya que las canciones de este disco fueron compuestas en Kingston, Jamaica, donde los dos músicos confesaron sentirse “como peces fuera del agua”–; “English Civil War” y la irresistible y muy popular “Tommy Gun” o incluso “Stay Free” y la subestimada “Guns on the Roof”), pero hay otros menos afortunados o que por lo menos no corresponden a lo que The Clash era capaz de crear (como “Cheapskates”, por ejemplo).
La música seguía siendo la misma combinación de rock, punk y reggae, pero con ciertos rasgos de pop, mientras que las letras parecían obsesionadas con el tema de las drogas. Siendo benévolos, podríamos decir que Give ’Em Enough Rope (1978) es más bien una pieza de transición entre el explosivo álbum debut y su obra mayor, el extraordinario London Calling, con el cual la agrupación lidereada por Joe Strummer y Mick Jones estremecería al mundo.
(Reseña que escribí para el Especial de La Mosca en la Pared No. 20, dedicado a The Clash y publicado en mayo de 2005)
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