jueves, 20 de diciembre de 2007
Problemas técnicos
Anoche vino de visita mi amiga Gaby Baltasar y nos seguimos de largo en la plática, la música y las cervezas. De pronto, justo a las tres de la madrugada, sonó mi celular y me extrañó sobremanera que la llamada fuera de P a tan inusuales horas. Obvio, pensé que le había sucedido algo malo. Preocupado, contesté en seguida y no pude menos que desconcertarme al escuchar a una P desconocida para mí, por completo extraña en su ira y su tono áspero y admonitorio. Me reclamó que le estuviera enviando mensajes de texto a esas horas. ¿Guat? Yo no había tocado mi cel desde las diez de la noche y se lo dije, pero insistió enojadísima en que le estaban llegando mensajes míos para preguntarle si había llegado bien a su casa. Traté de explicarle que no era así, pero no entendía razones y casi amenazante me advirtió que no siguiera mandándole dichos mensajes. Me colgó. Me quedé estupefacto y traté de comprender qué demonios había pasado. Recordé entonces que justo a las diez le había escrito un mensaje de texto para saber cómo había llegado. El celular me avisó que no podía enviarlo. Insistí y otra vez vino el aviso. La tercera fue la vencida, el mensaje entró y P incluso me respondió que había arribado bien a su casa y que todo estaba en orden. Supongo que los dos primeros mensajes se quedaron atorados y el sistema de Telcel los mandó a semejantes deshoras y de ahí toda la confusión. Sin embargo, lo que no dejaba de sacarme de onda era la reacción a todas luces desproporcionada y furiosa de esa P a quien no conocía en su faceta neurasténica. Llegué entonces a una conclusión: su teléfono sonó y los despertó a ella y a su novio más de una vez. El tipo se molestó al darse cuenta de que los mensajes eran míos, le reclamó, discutieron con acritud y 1) le exigió que me llamara para advertirme o 2) ella misma le dijo que me hablaría para demostrarle que nada hay entre nosotros y así calmarlo. Para mí no hay otra explicación. Ya hoy por la tarde me llamó P para -de una u otra manera- disculparse por la forma como me había hablado. Le dije que no había problema de mi parte y que todo quedaba olvidado. Le reiteré la explicación de anoche. Su voz, por supuesto, ya no tenía la menor carga de coraje. Obvio: su reclamo “iracundo” de la madrugada estaba más dedicado al novio que a mí. Fue, a final de cuentas, un acto de histrionismo.
Al mediodía fui a una estación de radio en internet en la colonia Roma, para grabar una entrevista que me hizo el hermano de P. Todo muy bien. De ahí me pasé a Milenio a dejar un recibo.
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4 comentarios:
...buen post, porqué no lo subes como otro capítulo de MATAR POR ANGELA 2?. Podría ser que, en ese capítulo, Ángela hace un coraje por un maldito celular que compró Humberto (quien no quería entrarle a comprarse un celulare)y bla, bla, bla. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Feliz Navidad Hugo, ATT ASAEL G.
Por lo pronto lo dejo como un capítulo más de mi vida DC (después del celular).
Je je, bueno.
Quizá deba abrir los ojos y ver qué demonios pasa, realmente...
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