viernes, 4 de diciembre de 2009

Algo sobre Mark Twain


Soy un gran admirador de Mark Twain, como escritor y como pensador. Su sentido del humor, su ironía, su facilidad para la crítica social y el sarcasmo, pero al mismo tiempo su bonhomía y su generosidad, siempre me han fascinado. Ahora mismo estoy leyendo una novela suya (Wilson el chiflado) y en mi biblioteca hay otras varias. Lo leí por primera vez siendo yo un niño, en una versión compendiada de Las aventuras de Tom Sawyer que releí infinidad de veces y que me presentó por primera vez a ese mundo mágico y misterioso que es el sur profundo estadounidense, ahí donde por cierto nació el blues. Alguna vez escribiré más acerca de Samuel Langhorne Clemens (su verdadero nombre) y de otras novelas suyas, como Huckleberry Finn, El príncipe y el mendigo, Un yanqui en la corte del rey Arturo, El hombre que corrompió a una ciudad y tantas más. Para concluir, una frase filosóficamente humorista o humorísticamente filosófica de este genio de la literatura caustica y mordaz: "Es mejor tener la boca cerrada y parecer estúpido que abrirla y disipar la duda".

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