María José me invitó a cenar por mi cumpleaños y fuimos a un nuevo restaurancito italiano en la calle de Pensylvania, casi esquina con Georgia (chin, olvidé el nombre del comedero). El lugar está muy bien y los precios bastante accesibles (aunque mi spaghetti con aceite de oliva y ajo debió tener más marcados los sabores a mi modo de ver). Quizás el único inconveniente es que todo el tiempo tuvieron puesto a Soda Stereo y a un volumen un poco alto, ni modo. Pero la pasé muy bien con Marijó y nuestros chismes culturales de costumbre.
Por la mañana grabé con Lorna dos programas de La Mosca en la Radio, uno sobre el Biophilia de Björk y otro sobre nuevas canciones de 2012. El primero pasó hoy mismo y el otro se trasmitirá dentro de ocho días.
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