domingo, 10 de junio de 2012

Bradbury

El pasado día 5 falleció Ray Bradbury y no puedo más que lamentarlo. Aunque no diré que fui un lector apasionado de su obra, sí recuerdo cuando lo descubrí, a fines de los años setenta o principios de los ochenta del siglo pasado, cuando trabajaba en Editorial Posada y me fue recomendado por Ariel Rosales, quien hablaba maravillas de El vino del estío, Crónicas Marcianas, El hombre ilustrado y otras novelas suyas. No estaba equivocado.
  La obra de Bradbury que más me marcó fue sin embargo Fahrenheit 451 que leí en esa época, en una edición, creo que de Minotauro, que tenía mi hermano Sergio. Luego vi la película homónima del grandioso François Truffaut y también me impactó sobremanera. Su crítica a las sociedades totalitarias es implacable (lo leí en una época en que luego de ser un socialista a ultranza y un admirador dogmático de la Unión Soviética y todos sus satélites, Cuba incluido, comenzaba yo a cuestionarme muchas cosas sobre ese tipo de sociedades y sus terribles sistemas represivos y de control absoluto, cosa que apenas empezaba yo a advertir).
  Como siempre, pienso que el mejor homenaje que se le puede hacer a un autor es acudir de nueva cuenta a su obra. Eso haré.
  "Constituía un placer especial ver las cosas consumidas, ver los objetos ennegrecidos y cambiados"...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Sencillo y contundente. Gracias por escribirlo.

Erik dijo...

Yo estoy ahorita en Fahrenheit 451 y espero el fin de semana continuar con Crónicas Marcianas. Hasta ahorita no me retracto de la decisión.