sábado, 18 de agosto de 2012

El arca del Pejé


Hace dos semanas, escribí en esta misma columna sobre la vena humorística de don Andrés Manuel López Obrador y en seguida sus fanaticazos me tundieron a palos. Quién iba a decirles que su gran jefe y Mesías iba a darme la razón una semana después, con ese evento cómico-mágico-musical de la más estruendosa jocosidad que fue la Expo Fraude del domingo pasado en el Zócalo.
  Cual moderna versión del bíblico patriarca Noé, Andrés Manuel se aventó la puntada –imagino que asesorado por sus partners Monreal y Zambrano– de reunir, en tantas carpas como estados federativos hay en la república mexicana, las que consideraron como pruebas irrefutables de la manera como el PRI habría comprado la voluntad de cinco-millones-cinco de electores corrompidos.
  De ese modo, junto a una respetable cantidad de anafres, gorras, tazas, camisetas, vasos, calendarios, etcétera, el negro humorismo blanco de Don Peje y su pandilla tuvo la genial ocurrencia de incluir a varios animalitos traídos al parecer de Zacatecas. Patos, cerdos, borregos, gallos, gallinas, pollitos y un chivo se convirtieron así en temibles pruebas del fraude. Tal vez les faltó un borrico. Aunque, bueno, ya tienen varios.
  Al final del show y luego de asegurar en un discurso que enseres y animales serían embarcados al día siguiente en un tráiler, para llevarlos al Tribunal Federal Electoral, Obrador (como le dicen sus fans) se aventó su automáticamente inmortal arenga, dirigida a los magistrados del TRIFE: “Tienen que pensarlo bien. No vamos a aceptar ninguna argucia legaloide”.
  Algunos piensan que es una amenaza. Yo digo que es puro cotorreo de don Andrés y que ese domingo andaba con ganas de chacotear.
  Pedro Joaquín Coldwell llamó el arca de Noé al tráiler de los animalitos. Yo la rebautizaría como el arca del Pejé, para darle un mejor contexto a la más reciente humorada del ex candidato de las llamadas fuerzas progresistas (otra humorada).
  Una última cuestión, dirigida a quienes están escribiendo los guiones de este extravagante espectáculo carpero: ¿en serio no es el Noroñas el que los está asesorando? Porque vaya que le han aprendido sus rutinas al afamado entertainer.

1 comentario:

John Himself dijo...

Y lo más gracioso es que aún hay personas que toman tan en serio a éste singular y simpático "apóstol" de la "verdad".