Hoy cumplo cincuenta y nueve años y me siento orgulloso de ello. Anoche cené en el departamento de mi hijo Alain, con él, su preciosa y siempre amable novia Hallet (mi queridísima nuera) y mi entrañable y adorada amiga María José. Presentes estaban también las hermosas gatitas Cumbia y Rasta y un perrito muy simpático que la mamá de Hally les dejó encargado por unas semanas. Fue un rato muy agradable y divertido, con una cena deliciosa. La pasé de maravilla, a pesar del dolor de espalda que sigue dándome molestias.
Sobre la edad que cumplo, en esta ocasión no filosofaré mucho. Baste con decir que estoy en un momento muy feliz de mi vida, con buena salud (salvo lo de la espalda que todo indica será pasajero), mucho trabajo, varios proyectos por delante y mucha gente que me quiere, en especial mis hijos, mis familiares, algunos amigos y mis amadísimas amigas. Para el año que entra, cuando llegue a los sesenta, espero celebrar de manera más grande. Aunque la cena de anoche (que se extendió a las primeras horas de hoy) fue un deleite.
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