Terminé de ver por Fox Premier la sexta temporada de esta gran serie, un thriller de espionaje y política en los más altos niveles gubernamentales de los Estados Unidos y con la CIA, el FBI y otras agencias internacionales involucradas.
Se podrá decir que Homeland es un programa maniqueo y tendencioso, casi tanto como lo era 24, en el que el terrorismo islámico es el principal enemigo, aunque tembién están incluidos los rusos, los norcoreanos y los iraníes. Pues sí, es maniqueo y tendencioso, por lo que no lo recomiendo a enemigos recalcitrantes del "imperialismo yanqui", pero como serie de suspense es buenísima (al igual que lo fue 24) y se vuelve adictiva.
Esta sexta temporada en especial resultó excelente (aunque las cinco anteriores también lo son) y su pretendido maniqueísmo se atenúa al ver las contradicciones personales e ideológicas de sus principales personajes: la sicótica pero fascinante Carrie Mathison (Claire Danes), el entrañable pero implacable Saul Berenson (Mandy Patinkin), el frío pero vulnerable Peter Quinn (Rupert Friend) o el odioso pero genial Dar Adal (F. Murray Abraham).
El final quedó abierto para una séptima temporada, así que a esperar. Mientras tanto, en estos días empieza la segunda temporada de Designated Survivor en Netflix, para no extrañar esta clase de series de intriga y alto espionaje.
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