jueves, 7 de septiembre de 2017

Sismo

Como a las once y media de la noche sonó la alarma sísmica. Yo estaba cenando en mi cuarto, mientras veía Futbol Picante en ESPN. Como ayer había sonado también y fue falsa alarma, por un momento dudé qué hacer. Finalmente decidí salir y al llegar a la calle (fui el primero del edificio) aún no temblaba. Varios vecinos del rumbo estábamos ya sobre el pavimento, dudando si sería otro "error humano", cuando el suelo comenzó a moverse bastante fuerte y siguió así durante un buen (mal) rato. No hubo histeria, pero sí preocupación. Los cables de electricidad se movían, pero los inmuebles al parecer no. Tampoco se escucharon crujidos o ruidos semejantes. ¿Cuánto duró aquello? ¿Quizá dos minutos? Permanecimos como un cuarto de hora allí, hasta que poco a poco fuimos  regresando a nuestros respectivos hogares, con un nervioso "buenas noches". La luz no se fue. Tampoco la línea de teléfono o internet. Por whatsapp pude ponerme en contacto con mis hijos, mis hermanas y algunas amigas. Todos bien. Bueno, una amiga no me respondió, pero sé que si vio mi mensaje. No me contestó porque tiene un novio que no la deja. Entré a las redes sociales y empezaron a surgir la información y los comentarios. Algunos bromeamos. Cuando leí que había sido de 8.2 grados me sorprendí. Eso es más que el sismo de 1985. Recordé el movimiento de la calle y concluí que había sido oscilatorio, quizá por eso no se sintió tan feo y no se reportaron daños en la Ciudad de México. Pero más tarde, la información señalaba que en Chiapas (donde fue el epicentro) y en Oaxaca la cosa sí había estado fea y con derrumbes de casas y edificaciones. Habrá que esperar a mañana para saber qué sucedió por allá. En el antiguo DF al parecer hubo saldo blanco.

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