Fui a ver a mi mamá por la tarde, allá en Tlalpan, y apenas llegué se soltó una tormenta cercana al diluvio que tardó cerca de tres horas, sin que diera trasas de terminar. Myrna mi hermana ya estaba ahí cuando llegué y también se salvó del aguacero.
Estuvimos bien, haciéndole compañía a mi mamá, ya que Ivette y Carlos habían salido. Como a las siete, me llamó Ivette para decirme que estaban atrapados en un un congestionamiento a la altura de Perisur. Ella y Carlos tardarían más de una hora en llegar, en un tramo que normalmente se hace en menos de diez minutos.
Me regresé poco antes de las nueve. Me extrañó que hubiera tanta gente a esa hora en el metrobús, pero al llegar aquí me enteraría de que en la zona de Tlalpan todo se había inundado y el servicio de ese medio de transporte se había suspendido (ver foto de usuarios rescatados) hasta poco antes de que yo lo tomara; de ahí la cantidad de pasajeros desesperados por llegar a sus casas.
A Myrna le iría a recoger su esposo Jorge, quien sólo pudo llegar por ella a la medianoche y aún harían cerca de dos horas a Tepepan.
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