Una de las cantantes fundamentales en la historia del rock que se hace en México y un excelente saxofonista de funk-rock-jazz se unieron más allá de la música y el afortunado encuentro dio nacimiento a una fructífera relación amorosa y a un pequeño ser que responde al nombre de Claudio.
¿Cómo se conocieron?
Aldo: Pues tocando juntos. Estuve dos años con Santa Sabina y los últimos meses fueron los más… románticos.
Rita: Aldo sustituyó a Rodrigo Garibay, el saxofonista que teníamos antes. Alex Taola y Poncho Figueroa lo conocían porque tocaba en Los Músicos de José.
Aldo: Sí, un buen día recibí una llamada de Rita. De hecho era la jefa. Me habló a mi casa y me dijo que si quería tocar con ellos. Que unas tocadas nada más.
Era algo provisional...
Aldo: Ajá, así como "vamos a tantear el terreno a ver si funciona". Y pues sí, ¿no? Sí jaló. Pero bueno, ella tenía novio y yo tenía novia.
¿Estamos hablando de cuándo, mediados de 2004?
Rita: ¿Te decimos la verdadera fecha?
Aldo: Es que es emblemática.
¿El 14 de Febrero?
Ambos: ¡Nooooo!
Rita: No, después del aniversario de los quince años de la banda. Luego hicimos lo del Metropolitan y luego toda una gira y ahí más o menos empezamos a andar.
¿Cómo se dio el click?
Aldo: Pues después de los conciertos. Que las giras, que los hoteles, ¿verdad?
Rita: ¡Oye…!
El aftershow.
Aldo: El aftershow.
Rita: El aftershow del aftershow del aftershow.
Aldo: Pues sí, ¿no? Tenía que ser en una tocada, porque siempre andábamos en eso. Nunca nos llamamos para ir a tomar un café. Fue después de una tocada que algo paso.
¿Qué tan bueno es su entendimiento como pareja siendo músicos?
Aldo: Yo creo que muy bueno. Por mi parte todo está perfecto. Rita es muy chida.
Rita: En Santa Sabina coincidíamos. Yo creo que mientras no haya problemas, compartir un espacio musical está bien, enriquece las relaciones. El problema es cuando truenas y todo eso, ¿verdad? Pero mientras está, pienso que es muy padre. Los instrumentos que él toca son melódicos y el hecho de que estén un poco cercanos a la voz hizo que hubiera más conexión. Todo ese año que estuvimos tocando, en la gira de los quince años, fue muy bonito. Yo me la pasé muy bien.
Aldo: Sí, yo también.
Rita: Por otro lado, cada quién tiene su proyecto. Aldo está con Los Músicos de José y yo con el Ensamble Galileo. Es padre porque aunque en esos casos no compartimos el espacio o el tiempo, al ser ambos músicos hay un entendimiento más profundo de cada uno, de cómo cada quién funciona con sus propios proyectos. Puedes compartir esas cosas y comparar.
¿Han hecho alguna vez un programa con los dos grupos juntos?
Aldo: No, sería imposible.
Rita: ¿Un concierto? Ah, no.
Aldo: Estaría muy raro.
Rita: Pero estaría bien.
Aldo: Tendría que ser un festival exótico. Pero estaría bien proponerlo.
¿Coinciden en sus gustos musicales a pesar de que los proyectos individuales sean diferentes?
Rita: Sí, por eso Poncho y Alex pensaron en Aldo cuando nos quedamos sin saxofonista. Los Músicos de José tocan funk y algunas de las vertientes de Santa Sabina son funk también.
Aldo: Yo siento que nos complementamos mucho y si bien no tenemos los mismos gustos, sabemos apreciar la buena música; entonces se comparte.
Cuando están en su casa, ¿no hay conflicto para oír música?
Rita: No, para nada.
Aldo: No, porque si bien yo no pongo música barroca, la música barroca que pone Rita me gusta mucho. A veces yo pongo música brasileña y a lo mejor Rita no la pondría si estuviera sola, pero creo que no le disgusta tampoco.
Rita: El rollo clásico sí lo compartimos. No tan antiguo, pero sí.
Aldo: Shostakovich me gusta mucho.
Algo más contemporáneo.
Rita: Relativamente. Siglo XX, sin llegar al debraye y esas cosas.
Los músicos normalmente son muy nocturnos. ¿Cómo compaginan sus horarios como pareja ahora que ya son padres?
Rita: Pues eso es justamente lo que nos está costando trabajo con el bebé, que nosotros tenemos un horario muy nocturno y Claudio está agarrando nuestro horario. Pero en algún momento vamos a tener que regularlo, para cuando entre a la escuela y todo eso.
Aldo: Pero dicen que es normal ahorita.
Rita: Se duerme súper tarde, como a las doce de la noche o la una de la mañana. Para nosotros no está mal, pero cuando esté más grande si puede ser problemático.
Háblame de tu embarazo.
Rita: Fue algo súper bonito para los dos. Como que siempre me sentí muy apoyada porque es un estado de ánimo muy extraño, aunque también es bien padre. Hasta me da nostalgia de repente. Traer a un bebe ahí adentro da una cosa como… No sé… Fue muy bonito y estuvimos preparándonos mucho y haciendo el curso psicoprofiláctico, todos los cursos que nos daban en el hospital o en el Instituto Nacional de Perinatología. Hubo mucha preparación y teníamos una ansiedad los últimos meses, ya queríamos que naciera. Son sentimientos encontrados. Porque también estaba feliz al sentir que el bebé se movía en mi vientre. Fue una experiencia increíble para los dos… Bueno, yo sé que para los hombres es más difícil tener que imaginarse todo, pero cuando le dio a Aldo la primera patada...
Aldo: Ah, sí, es algo impresionante. La primera vez que sientes que se mueve es impresionante.
¿Cómo fue que decidieron tener un hijo? ¿Llevaban juntos cuánto, un año?
Rita: No, llevábamos menos... Yo quería tener un hijo, pero nunca había tenido una pareja adecuada para eso. Se lo propuse a Aldo y sí quiso.
Aldo: Me convenció... Siempre me llamo la atención lo de los hijos, era algo que me causaba mucha curiosidad y aun cuando sentía que podía no ser el momento adecuado para tenerlo, le dije: “Pues va, nos lo echamos”. Digo, hay que hacerlo siempre y cuando haya mucho amor de por medio.
¿Cómo cambiaron sus perspectivas de vida con la llegada del bebé?
Aldo: Pues yo apenas me estoy empezando a dar cuenta de cómo va a cambiar todo. No es algo que tenga muy claro, sino que siento que se está gestando un cambio importante y que mi vida puede tomar otros rumbos. Es un suceso muy importante, pero todavía no me cae el veinte al cien por ciento; como que me va cayendo poco a poco, con el paso de los meses, como que todavía ni siquiera me la creo mucho. Ahí está el bebé y ya, ¿no?. En términos prácticos todavía no sé lo que va a cambiar, pero seguro algo va a ser.
Rita: Fíjate que lo estoy amamantando –de hecho es lo único que come, porque estoy en la onda de la libre demanda–, pero pese a eso no he dejado de hacer mis cosas. Obviamente, al principio tuve como un mes de inactividad, lo mismo antes de que naciera, porque doy clases en el Claustro de Sor Juana, dirijo a un coro de voces. También dejé de ensayar con el Ensamble Galileo. Embarazada, canté hasta tres días antes de que naciera Claudio. Yo creo que si trabajáramos ocho horas en una oficina o en una fábrica quizá sería más difícil, pero afortunadamente nuestras actividades nos permiten ahí más o menos irnos organizando. Los dos días a la semana que por ahora voy al Claustro, Aldo se queda con el niño. Le dejo leche que me saco, porque no le damos formula. Lo mejor es que el bebé se quede con su papá, en lugar de buscar a alguien que lo cuide. Mira todo lo que estoy hablando… ¡y pensar que antes yo era bien darqui, jaja!
Aldo: Era antiprocreación.
¿Algún día dijiste: “No voy a tener hijos”?
Rita: Sí, siempre he visto al mundo muy oscuro y lo sigo viendo así. El día que salimos del hospital casi me agarro llorando de ver el entorno. No podíamos avanzar en el tránsito, todo era caótico y yo con un recién nacido. La verdad es que sí es algo fuerte. Además hay muchas cosas en el mundo, en nuestro país, que me dan miedo. Pero también hay un instinto y me dije: “¿Por qué no probar, por qué no educar a un ser humano como yo, con lo poco o mucho que he aprendido de la vida?”. No soy una chavita y eso me permite tener un poquito más de sabiduría para educarlo. Observo mucho a los niños, a los hijos de gente cercana. No en plan critico, sino en plan de ver cosas que pueden funcionar y ver cosas que no. Pero finalmente es un experimento, porque nadie estudia para ser mamá o papá. Yo sé que con la llegada de Claudio mi vida está cambiando y para nosotros todo esto es algo milagroso y extraordinario.
Aldo: Y a la vez algo muy normal. Sabes que todo el mundo tiene hijos y que de ahí venimos y así.
Rita: La visión de las cosas va cambiando y estar con Aldo, quien es más joven que yo, también me hace tener una visión distinta. Yo siempre estoy dispuesta a cambiar y a no clavarme con mis ideas de toda la vida y más teniendo un hijo.
Aldo: Rita es muy mutable, muy adaptable. Siempre está buscando puntos de vista diferentes. Nunca se encierra. Eso es algo que me gusta mucho de ella.
¿Creen que haber tenido un hijo va a influir en su forma de escribir, de componer?
Aldo: Pues no se sabe bien. Lo cierto es que con un hijo ya no te puedes hacer pendejo, tienes que ponerte las pilas y si lo que sabes hacer es componer, pues vas a tener que componer más.
Rita: El tiempo lo dirá. Yo ahorita no percibo muchos cambios.
¿Han platicado sobre si él desea ser músico?
Rita: ¡Sí…!
Aldo: Sí nos gustaría, pero creemos que no hay que forzarlo. Lo mejor es que demuestre su propio interés y nunca decirle que se dedique a la música, porque si no puede resultar contraproducente y que termine odiando todo lo que tenga que ver con instrumentos. Pero el estimulo ya lo tiene. Desde que estaba en la panza de su mamá la oía cantar y acá lo ponemos en el piano y sacamos las jaranas y vive en una casa llena de instrumentos. Está muy estimulado en ese sentido, pero será cosa de él que lo tome o no.
¿Entre ustedes hay celos profesionales, se da cierto sentido de competencia?
Rita: No.
Aldo: No, porque tenemos proyectos muy distintos. A lo mejor si los dos tuviéramos una banda de funk. Pero no, ni siquiera así.
Serías Rita Brown.
Rita: Yo le digo que me invite a tocar en su banda, pero no quiere, jaja.
Aldo: Lo que pasa es que me cuesta mucho trabajo pensar en rolas con voz. Puedo hacer melodías para trompeta y para saxofón sin problema, pero pensar en una voz no me es tan fácil. He tratado de imaginarme a Rita cantando funk, pero todavía no la logro visualizar bien. Es por eso que no ha salido.
Rita: Algún día.
¿Nunca han creado algo juntos?
Rita: Solo al bebe, por lo pronto. Espero que lo de la música sea lo que siga.
Aldo: Sí se me antoja, no creas que no. Lo malo es que ella tampoco me puede invitar a su ensamble, porque mis instrumentos no le quedan.
Rita: Ni modo.
(Entrevista que realicé para La Mosca en la Pared No. 107, publicada en 2006)
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