miércoles, 20 de diciembre de 2017

Un fantasma recorre a México: ¡el fantasma de Timbiriche!

Ilustración: Kabeza
México, DF. La Mosca Nius. Los verdaderos padres del rockcito hecho en México han retornado y lo han hecho con bríos imparables. Cuando todo el mundo pensaba que eran tan sólo un recuerdo, Sasha Sokol, Diego Schoening, Benny Ibarra, Alix Bauer, Mariana Garza y Erik Rubín están de regreso y al parecer vienen a reclamar su sitio de honor en el firmamento del rock que se hace en este país. Con veintitantos conciertos a toda capacidad en el Auditorio Nacional, Timbiriche se erige como el gigante de la música juvenil y reclama su trono, mientras hace a un lado a todos los roqueritos nacionales.
  Como cualquier historiador o musicólogo que se respete lo sabe, este grupo inventado por Luis de Llano Macedo a principios de los ochenta determinó el estilo de muchas de esas bandas que se hacían llamar roqueras y que surgieron a finales de esa misma década. Timbiriche les inoculó el veneno del pop más pedestre y jamás pudieron quitárselo. Desde Maná y Caifanes hasta Fobia, Bon y los Enemigos del Silencio, Café Tacuba, Kenny y los Eléctricos y tantos otros, todos ellos mostraban en sus propuestas, de una u otra manera, las raíces poperas de las canciones de Timbiriche, con las cuales crecieron y se educaron musicalmente. De hecho, varios de las temas musicales de los timbiriches suenan más rocanroleros que los de los grupos mencionados. No se diga de las banditas de hoy, las que conforman al rockcitito, porque ahí el pop de tan evidente ya resulta descarado. Basta con escuchar a Porter, Zoé, Lady Bombón, Panda, Allison, División Minúscula, Chetes, María Daniela, los Satin Dolls, La Gusana Ciega, Furland y un largo etcétera para comprobarlo.
  Hacen bien los integrantes de Timbiriche (aunque están ausentes Thalía, Paulina Rubio, Bibi Gaytán, Eduardo Capetillo y Edith Márquez) en exigir el lugar que les corresponde como progenitores y pioneros del rockcito hecho en México.
  Horror a quien horror merece.

(Texto que escribí para la sección "cuatroporcuatro" de La Mosca en la Pared No. 118, aparecida en septiembre de 2007)

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