viernes, 25 de enero de 2008
Primer aniversario
Hoy te veías tan hermosa como pocas veces. ¿Sabes?, eres una de las mujeres más profundamente femeninas que he conocido en mi vida. Tal vez tú misma no te das cuenta de tu impresionante feminidad, pero es parte consustancial a tu naturaleza. Esta noche lucías todo tu charme de femme, con esa frescura y esa espontaneidad tan tuyas... Más que tu peinado, más que tu falda, más que tus zapatos de tacón, más que tu perfume, era algo que traías dentro de ti, algo que has tenido siempre pero que hoy fue más manifiesto que nunca y que –ahora que lo pienso- también noté el día cuando te conocí en persona, hace exactamente un año. Un año, doce meses de ir descubriendo poco a poco a una mujer compleja, laberíntica, misteriosa, contradictoria y al mismo tiempo tremendamente congruente consigo misma. Todo ello te hace fascinante ante mis ojos, pero sobre todo ante mi alma. No eres una persona común, hay en tus profundidades una extraordinaridad que te particulariza y te diferencia. Creo que tú misma no te das cuenta cabal de ello y yo quiero ser quien te ayude a descubrirlo. El hecho es que hoy te veías tan hermosa como pocas veces y yo me sentí, me siento, muy afortunado de tenerte cerca de mí. No tan cerca, aún, como quisiera, pero cerca, muy cerca, al fin y al cabo. Gracias por un año de amistad. Gracias por un año de confianza. Gracias por un año de cariño. Gracias por un año de cercanía. Como ambos dijimos esta noche, al soplar al mismo tiempo a la única velita de nuestro pastel, el deseo mutuo es que cumplamos muchos años más de compartir cosas juntos. El destino dirá de qué forma lo haremos.
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