sábado, 16 de febrero de 2008

Amor en las Tullerías*


Aunque suene a lugarzaso más que común, la verdad es que sí: París es la ciudad del amor. Algo tienen sus calles, monumentos y edificios, sus museos, galerías y jardines, algo flota en su ambiente luminoso y colorido, algo se transpira ahí que provoca e inspira sentimientos plenamente amorosos. Al lado del río Sena todo es posible: hasta conquistar a un amor imposible.
Hace poco menos de un mes, publiqué en uno de mis dos blogs que puedo entender a la perfección las razones por las cuales Nicolás Sarkozy se enamoró y se casó con Carla Bruni, hoy flamante primera dama de la Francia. “Digo, será muy derechoso y alcohólico y lo que ustedes quieran, pero de que tiene buen gusto que ni qué”, anoté el 18 de enero pasado. Un lector mexicano residente en París me escribió furioso para decirme que la Bruni “es una perra”. No lo sé. Igual y sí. Lo mismo decían tantos de Yoko Ono para acusarla de todos los males habidos y por haber.
Lo que me interesa rescatar de esta historia, más allá de sus claras e inevitables consecuencias políticas, es cómo la pasión amorosa (¿o el pasón amoroso?) puede pasar por encima y a costa de cualquier cosa. A raíz de su flamante matrimonio, Sarkozy ha perdido muchos puntos en las encuestas de popularidad. Es un riesgo que de seguro conocía y lo tomó. Por amor. Lo comprendo. Más allá de la evidente belleza física de Carla Bruni, más allá de su preciosa voz (por favor, escúchenla cantar “L’Amour”, un maravilloso blues en francés cuyo video puede verse en You Tube), más allá de eso debe haber una mujer fuera de serie y cuando uno se topa con una mujer de esa clase, no hay desafíos y peligros suficientes para detenerlo, así se tenga tanto que perder como que ganar. Es un álbur, un reto, pero en esas circunstancias vale la pena jugarse el todo por el todo. Más aún cuando en el horizonte se encuentra París.
Cherchez la femme, dicen los franceses: busque a la mujer. Si se topa con ella, querido lector, no la deje ir.

*Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Look here

Anónimo dijo...

y la pagina de internet de la mosca para cuando, sr. Gracia Michel?

Anónimo dijo...

pues no hay página ni nada, ya se tardó. Ya ves que escribe con nombres de mujeres y luego como HGM!. :)

Hugo García Michel dijo...

A ver, acerca de la página, les aclaro que su diseño e instalación están en manos de otras personas y no es algo que dependa de mí. Si alguien la quiere ver ya, soy yo. Sé que es cosa de pocos días para que esté lista. Al menos eso me dijeron hoy.