viernes, 7 de marzo de 2008

Los cambios


Dicen que siempre son para bien. No estoy tan seguro de ello, pero quiero pensar que sí. Cuando uno lleva tantos años de vivir bajo el manto de una situación segura, el que te quiten ese manto resulta desconcertante y por momentos sientes que no hay forma de reaccionar para evitar los efectos del hecho. Dicen también que por algo son las cosas (aunque hay quien afirma que "para algo" son las cosas). Muy bien. Yo sabía que vendrían transformaciones en mi vida y tal vez aún no es tiempo de aquilatar la dimensión de las mismas. Creo que la próxima semana me dará la pauta para hacerme una idea clara de lo que va a suceder y de cómo debo actuar en consecuencia. Ya entonces mencionaré en este espacio de qué se trata en concreto. Por ahora, sólo puedo anotar que algo está sucediendo y que todavía desconozco sus efectos.

PD: Oir cierto, he rehabilitado la posibilidad de que me manden comentarios anónimos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por más que trato de escribirte algo, no puedo. Llevo varios minutos en esto y nada. ¿Qué demonios podría decirte? Eres mucho mayor que yo, has recorrido más vida que yo, creo que sería un poco estúpido de mi parte tratar de aconsejarte. Pero bueno, improvisaré, algo debe salir.

Conforme he leído tus post, junto con los respectivos comentarios que tus lectores publican en ellos, me he dado cuenta de que eres de esas personas que o se aman o se odian (al menos por la inmensa mayoría de los que te leen en este medio). Cuando no son los seudónimos, son tus amistades. Un día es tu posición política y al otro; tu novela. Todo causa polémica aquí. Las reacciones que provocan tus textos son interesantes, aunque a veces no las puedo entender. Debo admitir que muchos de los que te atacan me parecen gente ardida que sólo sabe chingar. Por otro lado, parece que varios de los que te defienden te ven como un dios intocable al que se le debe la vida. Ambas posiciones me aterran un poco, así que trataré de evitarlas.

Entre el placer que hallo al leer y los libros que debo aventarme por fuerza para la escuela, debo decir que las lecturas que mensualmente hago a tu revista son de las que más gozo. Sin embargo, La mosca en la pared me mostraba un Hugo García Michel intelectual, culto, reservado, a veces pedante y arrogante… algo así como un Monsiváis rockero (no sé si logre explicarme). Tu blog me ha ayudado a romper esa imagen pues, como bien dijo en algún comentario Daniel Franco, muchos de tus posts muestran tu lado humano. No puede haber mejor ejemplo que el texto en el cual coloco mi comentario: un hombre que se llena de dudas ante lo indescifrable en los cambios.

Me gustaría poder ayudarte con eso, pero insisto: sólo tengo 20 años de edad, lo que yo sepa de la vida no se compara con tus andadas. Me sentiría muy torpe al tratar de orientarte y, probablemente, te diría puras cosas inútiles. Por tal motivo me limitaré a decirte que me agrada mucho tu blog y que lo leeré más seguido.

Saludos.

Hugo García Michel dijo...

Hola, Yosh. Muchas gracias por tus comentarios. Me son de mucha ayuda en estos momentos de incertidumbre. La semana próxima estaré en condiciones de contar aquí mismo por lo que estoy pasando. Vaya un fuerte abrazo hasta donde te encuentres.