lunes, 15 de junio de 2009

La ley Hadopi o la cyber inquisición*


¿Le gusta descargar canciones de internet? ¿Entre sus aficiones está la de bajar álbumes de música y tenerlos en su computadora para escucharlos, compartirlos, pasarlos a su iPod e incluso copiarlos en un disco compacto a fin de oírlos en su aparato de sonido? Pues qué bueno que no vive en Francia, porque a partir de este momento usted sería un delincuente.

La semana pasada, en París, la Asamblea Nacional y el Senado franceses aprobaron una de las leyes más polémicas de los últimos tiempos. Se trata de la Ley Hadopi, presentada desde mediados del año pasado por el Consejo de Ministros de Francia y fuertemente impulsada por el presidente Nicolas Sarkozy. Llamada Hadopi por las siglas en francés de Alta Autoridad para la Difusión de Obras y la Protección de Derechos en Internet (el súper organismo burocrático creado para aplicarla), la también conocida como Ley Creación e Internet fue hecha en apariencia para defender los derechos de autor de los creadores, pero sus implicaciones políticas, económicas, sociales y culturales van mucho más allá de eso.
¿Cómo aplicar leyes de autor pensadas originalmente para una realidad muy distinta a la que hoy se vive en los terrenos virtuales? ¿Es posible e incluso deseable legislar sobre objetos inmateriales y capaces de ser reproducidos de manera infinita? ¿Cómo se puede controlar semejante cosa? Tal vez por todo esto y más, los opositores a la Hadopi la llaman la ley idiota.
Dice el especialista galo Nicolas Vanbremeersch que “antes una obra se caracterizaba por contar con un soporte específico que no era reproducible por los usuarios. Del libro a la música, pasando por las imágenes grabadas, esto permitió el desarrollo de un modelo eficaz y robusto durante cientos de años. El modelo es simple: el valor cultural creado se transforma en valor económico en el momento único de la venta del soporte (el CD, la cinta, el VHS, el DVD…). Un bien cultural es un bien privado (me pertenece si lo he comprado). Toda la economía de la industria del entretenimiento fue creada sobre la base de ese momento único de materialización del valor de la obra”.
Sin embargo, con la revolución que ha implicado internet, las cosas cambiaron radicalmente. Hoy, una creación puede ser un bien desmaterializado cuyo aprovechamiento no implica privar a alguien de algo que le pertenece. Cuando una persona copia el archivo, digamos, de una canción de Depeche Mode, no está quitándole objeto alguno al dueño del archivo, mismo que se encuentra disponible para millones de usuarios de la red en el mundo entero.

Se dirá, no obstante, que al bajar ese archivo se afectan los derechos de autor de Depeche Mode y es ello lo que argumentan los propulsores de la ley Hadopi. Esto que parece incontestable, en realidad resulta bastante relativo, sobre todo cuando vemos las escasas regalías que reciben los autores y los intérpretes por parte de las casas discográficas, mismas que, junto con los comerciantes, son las principales beneficiarias del actual sistema de distribución de la música y quienes durante largo tiempo se llevaron la gran tajada del pastel.
Son estos intermediarios –situados lucrativamente entre el creador y el consumidor- los que más han presionado para la aprobación de la mencionada ley, pues son básicamente sus multimillonarios dividendos los que se ven afectados. No es casualidad que agrupaciones como Radiohead (con In Rainbows) o Nine Inch Nails (con Ghost), entre otras, hayan recurrido a la venta directa de sus álbumes más recientes por medio de la red y hayan recibido ganancias que ni en sueños habrían tenido si los hubieran puesto en manos de sus antiguas disqueras.
De vuelta con la ley Hadopi, ¿cuáles serán sus efectos inmediatos en Francia? Por principio de cuentas, se prevee advertir a un promedio de diez mil internautas al día para que dejen de descargar archivos musicales. La idea es enviarles una primera carta admonitoria por correo electrónico. De no hacer caso, recibirán una segunda advertencia y a la tercera, se les prohibirá usar internet de dos meses a un año, con la obligación de seguir pagando el servicio durante ese lapso (claro, las compañías que lo proporcionan no se verán afectadas, sólo se castigará a los consumidores piratas).
Eso es en Francia. ¿Se extenderá la ley a otros países de la Comunidad Europea y del mundo todo? Muchos creen que la aplicación de la Hadopi será imposible e impracticable, pero la tentación autoritaria sigue siendo fuerte entre muchos políticos y el riesgo está ahí, en el poder que teóricamente les daría el hacerse del control de la red. ¿Podrán hacerlo y de lograrlo, el (mal) ejemplo se extenderá a otras partes, México incluido? Por si las dudas, millones de internautas se darán prisa para descargar todo lo descargable y nadie podrá culparlos de ello…, al menos por el momento.

*Publicado hoy en la sección "El ángel exterminador" de Milenio Diario.

6 comentarios:

Kafei dijo...

Pues un tema bien complicado, viendolo desde un punto objetivo creo que es bueno que se castigue a quienes hacen uso de esas descargas para beneficio personal.. hay muchisimos blogs que utilizan esta tecnica de dar musica "gratis" a los cybernautas, a cambio de que les proporciones tu correo, etc... y que decir de la publicidad que te la meten casi en toda la pantalla....

Pensandolo bien si, que los castiguen, las leyes son para el bien comun.

Charro Negro dijo...

Hay algunos estudios en internet, acerca de la forma en la cual el consumidor toma su la decision de comprar un disco pirata y no el original.
En el caso de México, tenemos que considerar que el Ambulantaje es la principal vena de transmicion de discos piratiux y en este hermoso país como no se pueden generar los empleos suficientes, se incentiva todavia mas la compra-venta de PIRATERIA.

PD: Dios bendiga el LIBRE MERCADO de Adam Smith.
jajaja

DUNCAN dijo...

martes, diciembre 16, 2008
COMENTARISTAS CIBERNÉTICOS DETENIDOS EN SUS CASAS

Etiquetas: GEOPOLITICA
JORGE ANTONIO DÍAZ MIRANDA
2008

En una nueva modalidad de detenciones arbitrarias 56 periodistas y comentadores que publican en Internet han sido detenidos en sus casas. La ubicación ilegal se realiza desde el rastreo espía y la IP del servidor del cual depende su ordenador casero. El cateo a las casas y el arresto consecuente se sustenta en el argumento de daño moral a terceros y la violación de la privacidad. El comité para la defensadel periodista (CPJ por sus siglas en inglés) informa que el 46% de los presos forman parte de la comunidad de Blogueros, es decir personas que laboran voluntariamente desde la web como reporteros o comentadores de la situación mundial. China y Estados Unidos encabezan el ranking de mayor número de acciones arbitrarias de detención forzada.El comité también encontró que las acusaciones derivan de supuestas recomendaciones que señalan de manera injustificada atentados contra la seguridad nacional y develación de secretos de Estado.

iL Hell Dogma dijo...

seguramente detras de esto estan algunos tipos muy pesados presionando esta ley para beneficio propio y no de los artistas.

Seguro que Mexico se hara una adaptacion de esta ley y se publicara conjuntamente con una que censure todo tipo de expresion contra la autoridad y/o politicos.

Spinotti dijo...

Entre eso y la SGAE, solo faltan otros dos jinetes del apocalipsis musical. Que complicado manejar todo este rollo de la música y su distribución. Para mi, ya son patadas de ahogado de las disqueras que no han sabido adaptarse a los tiempos que corren.

Mario Sepülveda dijo...

Ya desde hace varios meses se han estado cerrando, a nivel mundial, sitios de internet que permitían la libre descarga de discos y películas. La culpable fue la Asociación Protectora de Cine y Música de México A. C.
Incluso está el antecedente de Edgar Rubio Corazón, quien vendía discos piratas a través de la red.
¿Qué digo con esto?, simplemente aguas. En un futuro -no muy distante- nos caerá la macana por quemar discos.
Saludos.

P.D. Siento ser el mamón que lo señala, pero el disco de NIN se titula Ghosts, en plural.