Hoy me sorprendí a mí mismo al ver esa preciosa película de François Truffaut que es L'amour en fuite (El amor en fuga, 1979), pues según yo ya la había visto hace años y en realidad no: fue mi primera vez con ella.
La cinta es la culminación de la saga de Antoine Doinel que el director francés iniciara con Los 400 golpes (Les 400 coups) en 1959, en la que el personaje de Doinel adolescente, interpretado por el gran Jean Pierre Léaud, saliera por vez primera, para reaparecer después en otros filmes (que esos sí ya los vi) como el corto Antoine et Colette (1962), Besos robados (1968) y Domicilio conyugal (1970). El amor en fuga es como una recapitulación del ciclo, ya que aparecen escenas en retrospectiva de las cuatro películas mencionadas. Se trata de una comedia deliciosa, en la que Antoine, ya casi treintañero, sigue sin lograr relacionarse debidamente con las mujeres y vemos así a algunas de ellas, como la apacible Christine (Claude Jade), la graciosa Sabine (Dorothée) y la inquietante Colette, cuyo papel realiza la gran Marie-France Pisier. Una cinta sutil, amable, disfrutable, gozosa, vital. De las grandes películas (las más cotidianas, las más sencillas) que hizo Truffaut.
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