Falleció inesperadamente Carlos Fuentes y a lo largo del día se han dicho mil cosas acerca de él. Los medios y las redes sociales se han llenado de informaciones, recuerdos y opiniones que no viene al caso repetir. Yo prefiero recordarlo como lector que fui suyo, sobre todo en mi adolescencia y juventud, cuando entre los catorce y los dieciocho años leí La muerte de Artemio Cruz, La región más transparente, Las buenas conciencias, Los días enmascarados, Zona Sagrada y Aura (las tres primeras en aquellas ediciones originales del Fondo de Cultura Económica que tenía mi hermano Sergio en su biblioteca y de la cual tanto abrevé). Ixca Cienfuegos y Artemio Cruz se me quedaron marcados para siempre, al igual que algunos de los cuentos de Los días enmascarados (como "Chac Mool") y la noche en que leí Aura, a principios de los setenta, en la soledad de mi cuarto de madera en la casita donde vivía con mi familia, en la calle Magisterio Nacional, en el centro de Tlalpan: la leí de un tirón, en unas tres horas, y al terminarla quedé tan tenso y nervioso que no pude dormir.
Luego vendría para mí el Fuentes polemista, analista político y sus múltiples artículos en diversos medios. Sólo hace algún tiempo empecé a leer Los años de Laura Díaz pero no la he terminado.
Lamento la muerte de este gran literato, no mi favorito entre los escritores mexicanos, pero sí uno de los más importantes. Falleció en plena forma, cuando aún tenía toda su fuerza creativa intacta.
Una gran pérdida para la cultura mexicana.
3 comentarios:
DOn Hugo,¡pero no era mexicano! :S
Nació en Panamá, porque su papá era diplomático. Pero si eres hijo de padres mexicanos, constitucionalmente eres mexicano, no importa donde hayas nacido geográficamente. Además, su tema central de vida fue México, en su literatura y en sus posiciones políticas y sociales. Por supuesto que era mexicano.
Esa sí no me la sabía,¡gracias por el dato! :)
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