Hoy que vi El Padrino de Francis Ford Coppola (1972) descubrí... que nunca había visto El Padrino. No al menos la primera de la saga de los Corleone. Pero qué gran película, una obra maestra. La manera como al inicio, en la boda de la hija de Don Vito, se van presentando todos y cada uno de los personajes, es magistral. No digamos las actuaciones de cada uno (qué actorazos Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Robert Duvall y todos los que hacen roles secundarios). La fotografía que va de la oscuridad de los interiores a la luminosidad de los exteriores es magnífica, la música de Nino Rota es maravillosa y la historia de Coppola y Mario Puzo..., sublime.
En una antigua reseña, Roger Ebert ya había hecho notar el papel casi marginal que juegan las mujeres en esta cinta y es verdad. La esposa del Padrino, por ejemplo, prácticamente no dice palabra alguna y casi no aparece, a pesar de que le matan a dos de sus hijos. La única fémina con un rol más o menos protagónico es la esposa de Michael, Kay Adams, interpretada por la gran Diane Keaton, poco antes de que se convirtiera en una de las mujeres emblemáticas de Woody Allen (con Sleeper de 1973, Love and Death de 1975, Annie Hall de 1977, Interiores de 1978 y Manhattan de 1979). Violentamente poética o poéticamente violenta (as you wish), realmente me encantó. Por supuesto que veré las dos siguientes partes de la saga.
PD: Sin embargo, mi película de gangsters favorita de todos los tiempos sigue siendo Miller's Crossing de los hermanos Coen y vaya que he visto maravillas como Érase una vez en América de Sergio Leone, Goodfellas de Martin Scorsese o grandes clásicos de los años treinta como White Heat de Raoul Walsh.
1 comentario:
No sé si esté des-informando pero, una de las razones por la cual está película es grandiosa es porque creo que Puzo estuvo involucrado con la adaptación del guión.
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