sábado, 22 de septiembre de 2012

La desatinada izquierda


Adolfo López Mateos, ¿de extrema izquierda?
Fue Alfonso Corona del Rosal, dirigente del Partido Revolucionario Institucional, quien en 1960 acuñó el término “atinada izquierda”, al tratar de definir políticamente al gobierno del entonces presidente Adolfo López Mateos. Poco después, el propio López Mateos (quien por cierto era originario del Estado de México) profundizó (es un decir) aquella idea al declarar que “mi gobierno es, dentro de la Constitución, de extrema izquierda”. Órale.
  El caso es que eso de la atinada izquierda se manejó por algún tiempo, hasta que llegó Gustavo Díaz Ordaz y el gobierno pasó a ser no sólo de atinada derecha sino de derecha extrema.
  ¿Qué es lo que tenemos hoy en el espectro de lo que muchos siguen llamando izquierda? Lo que yo veo es una confusa mezcolanza de intereses facciosos, ansiedad de poder, grupos contrapuestos, desunión vocacional, desconfianzas mutuas, golpes bajos, incultura política; pero de ideología, nada.
  Tenemos a una desatinada izquierda sin postulados reales, sin programa y sin principios, desenraizada de la clase trabajadora, sin una organización política estructurada y sin la menor certeza de hacia dónde se dirige. Una izquierda desatinadísima que ha sido cooptada por ex priistas y por políticos carentes de un historial militante dentro de la gauche nacional.
  Los verdaderos ideólogos de izquierda son vistos como apestados por su postura crítica ante, por ejemplo, el lopezobradorismo. De ese modo, gente de los alcances intelectuales de Roger Bartra, José Woldenberg, René Avilés Fabila, Luis González de Alba, Marcelino Perelló y otros, todos ellos de amplia raigambre progresista, no sólo son ignorados por los actuales jerarcas de la “izquierda”, sino que incluso se les desprecia y son considerados como apóstatas y, en el colmo de la oligofrenia y la estulticia, como… ¡derechistas!
  Padecemos a una desatinada izquierda. Lo que urge es una izquierda real, auténtica, moderna, liberal, progresista, generosa, imaginativa, desprejuiciada, culta, civilizada. Una izquierda con adjetivos.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).

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