Nunca había leído al escritor polaco-austrohúngaro Joseph
Roth y ahora veo de lo que me había perdido. Aunque tengo desde hace años un
par de novelas suyas (ésta y Confesiones de un asesino), jamás me había nacido
leerlas y fue un poco por casualidad que llegué al autor. Me hice amigo en
facebook de Andrea Bravo Paz un día que mencionó a Philip Roth (quien nada
tiene que ver con Joseph, salvo el apellido y el origen judío) y de pronto me
preguntó si había yo leído al otro Roth. Le dije que no y me recomendó su
novela La leyenda del santo bebedor, pero como no la tenía y aún no la tengo,
busqué en mi biblioteca La marcha de Radetzky (Bruguera) y leí las primeras
páginas. Me atrapó y la adopté para leerla toda. Hoy que la he terminado, puedo
decir que fue una decisión muy afortunada.
El libro
narra la saga digamos antiheroíca de los Trotta, una familia de origen campesino
cuyos integrantes, por un azar del destino, se convierten en nobles por la gracia del emperador
austriaco Francisco José. En efecto, durante la batalla de Solferino (1859),
entre las fuerzas austriacas y francesas, el teniente Joseph Trotta le salva la
vida de manera un tanto burda y circunstancial al aún joven soberano y este
acto de heroicidad hace que el humilde soldado sea ascendido a capitán y
nombrado barón, título que heredarán su hijo y su nieto.
La novela
sigue la historia de las tres generaciones de la mediocre familia, al tiempo
que vamos viendo la decadencia del Imperio Austro-Hungaro, hasta la muerte del
emperador (quien por cierto era el hermano mayor de Maximiliano de Hapsburgo) en plena Primera Guerra Mundial. Más de medio siglo recorre el relato
y lo hace con un estilo impecable, directo, ameno, atento a los detalles del
entorno, pero también a los rasgos psicológicos de los diversos personajes que
van surgiendo y desapareciendo. De pronto, aparece una finísima ironía. Roth
sabe burlarse con elegancia de aquel mundo lleno de falsedad, hipocresía y
doble moral.
Lo del
título se debe a que la “Marcha Radetzky” de Johann Strauss (ver video) aparece como un
leit motiv en varias partes del libro, al ser interpretada por diversas
orquestas o bandas militares y resulta muy significativa para los tres Trotta.
Una novela
mayúscula, fascinante, muy entretenida y absolutamente recomendable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario