Después de dos meses y pico y debido a mis molestias en la espalda, fue hasta ayer domingo que pude volver a visitar a mi mamá y a los Hellion en Tlalpan. Esto quiere decir que ya estoy bastante mejor de salud. De hecho, las molestias a la mitad de mi dorso ya son mínimas y lo que pasé a lo largo de tantas semanas parece un mal sueño (la movilidad que ahora tengo hasta me sorprende). Espero que la evolución hacia mi total recuperación prosiga. Por supuesto que no voy a dejar de hacer los ejercicios y de caminar diariamente un mínimo de media hora. Me puse como meta bajar veinte kilos de aquí a mi próximo cumpleaños y ya llevo cuatro.
A mi mamá la vi bien, aunque sigue igual de olvidadiza y su capacidad auditiva continúa en deterioro. Pero no se quiere poner el aparato para escuchar. En casa de Rosa todo bien. La sorpresa fue que la Emma, uno de sus cuatro perritos, no me reconoció y me ladró al llegar. Pero todo bien. Hasta pude pasar a comprar nopalitos y tortillas azules.
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