No deja de ser extraño que una personalidad del rock contemporáneo tan importante como Damon Albarn, con una trayectoria que parte de 1991, cuando apareció el primer disco de Blur (Leisure), agrupación fundadora del llamado brit pop y de la cual ha sido líder indiscutible desde hace más de veinte años, no deja de ser extraño, decía, que hasta ahora no hubiera realizado un solo disco como solista.
Porque no sólo se trata de Blur y sus siete álbumes en estudio. Albarn también es alma y cerebro detrás de propuestas como Gorillaz, The Good, the Bad & the Queen y Rockey Juice and the Moon, aparte de haber trabajado en multitud de proyectos que abarcan desde la música del mundo hasta la ópera y desde el hip-hop hasta la composición de bandas sonoras para cine y teatro, además de su labor como productor con discos tan asombrosos como The Bravest Man in the Universe, del legendario cantante de soul Bobby Womack (2012).
Es hasta ahora, veintitrés años después de su ingreso al mundo discográfico, que el autor de “Beetlebum” y “Parklife” lanza Everyday Robots, su álbum debut, un trabajo introspectivo, oscuro, calmo, pero lleno de una cálida nostalgia y una profunda crítica existencial. Con la ayuda de Richard Russell, director de XL Records (con quien co-produjo el plato de Womack), Damon Albarn se ha atrevido a ser el centro de un larga duración –aunque cuenta con invitados del calibre de Brian Eno y Natasha Khan (de Bat for Lashes)– y a que junto al título del mismo aparezca su nombre en solitario.
Everyday Robots aparecerá hoy, 29 de abril, pero he tenido el privilegio de escucharlo y puedo decir que es una obra estupenda, con todo el sello de Albarn y sus experimentaciones en estudio con instrumentos análogos y electrónicos. Sin embargo, lo verdaderamente importante del álbum es su espesa sustancia, su honda esencia, su sentido profundamente humano. Es como si al hacer un disco solo, el músico hubiese querido reflejar su propia soledad por medio de composiciones austeras y melancólicas.
Estamos ante un disco trascendente, de esos que merecen muchas y muy atentas escuchas. Una obra maestra.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" en la sección ¡hey! de Milenio Diario).
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