Terminé de ver por Netflix la primera temporada de esta estupenda serie canadiense de ficción científica, producida por BBC America. La historia de Sarah Manning, una mujer huérfana de veintinueve años, emigrada a Toronto desde su natal Londres y que se dedica a traficar drogas y a vivir con su hermano de orfanato, Félix, un homosexual cínico y francamente divertido. Sarah es madre soltera y está relacionada sentimentalmente con un traficante menor bastante patán. Así es su vida hasta el día en que presencia el suicidio en el Metro de una mujer idéntica a ella. A pesar de su asombro, Sarah se roba el bolso de la mujer y se roba algo más: su identidad.
De aquí parte una narración que llevará a Manning a meterse en un complicado laberinto en el cual empiezan a surgir otras jóvenes de su edad, físicamente idénticas a ella, y que la hará descubrir poco a poco el complicado plan clandestino del que ella es parte sin saberlo y que tiene que ver con científicos demenciales, sociedades secretas, crímenes, asesinos, autoridades policiales, gente con doble identidad, etcétera.
La serie es emocionante e intrigante y su interés es mayor conforme transcurre cada uno de los diez capítulos de esta primera temporada (en estos días se estrenará la segunda). Destaca la increíble actuación de Tatiana Maslany como Sarah... y todas sus hermanas, cada una tan diferente en sus actividades y vidas cotidianas (una es ama de casa, la otra una científica lesbiana, la otra una loca asesina, etcétera). Pero también hay que resaltar a Felix (interpretado por Jordan Gavaris), quien le da un tono irónico y en momentos hasta humorístico al drama que es en sí Orphan Black.
Una serie sensacional y que se puede ver completita en Netflix. Vale mucho la pena.
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