martes, 28 de junio de 2016

Garbage y la devastadora belleza

Seis discos en 21 años, un promedio de un álbum cada tres años y medio parece algo razonable. Sobre todo si en todos ellos se mantiene un grado de calidad más que aceptable y en algunos casos de excelencia. Hablo de Garbage, el proyecto de pop electrónico del productor Butch Big, engalanado con la presencia y la voz de la estupenda cantante escocesa Shirley Manson, el cual grabara su homónimo disco debut en 1995 y que acaba de dar a luz su opus No. 6: el impecable Strange Little Birds (Vagrant, 2016).
  Estamos ante un trabajo elegante, suntuoso, con una producción perfecta. Big, al igual que sus compañeros Duke Erikson y Steve Marker, son músicos de estudio (de estudio de grabación, quiero decir) y es en ese ambiente que se sienten a sus anchas y lo saben explotar hasta sus últimas consecuencias, para dar como resultado un rock que sigue en deuda con el movimiento noise de los años noventa (permanecen los ecos de Sonic Youth y My Bloody Valentine), pero suavizados –por decirlo de algún modo– por  la sabia utilización de ganchos del más fino rock pop.
  El sentido melódico de Garbage es notable y la voz de Manson juega un papel esencial en ello. Las canciones atrapan gracias a sus riffs y sus estribillos, pero también a las atmósferas que se van creando, en las que la sensualidad y la cachondería forman parte principalísima de un estilo más que reconocible.
  Once son los cortes que conforman a este Extraños pajaritos, un disco sin desperdicio, con temas que destacan entre lo mejor de Garbage en sus poco más de dos décadas de intermitente existencia. Composiciones como la misteriosa “Sometimes” que abre el plato, las contundentes “Empty”, “Blackout” y “We Never Tell”, las envolventes y fascinantes “If I Lost You” y “Night Drive Loneliness”, las electrizantes “Magnetized” y “So We Can Stay Alive” o la concluyente y emotiva “Amends” hacen de este larga duración una obra tan imperdible como irresistible.
  Alguien por ahí calificó a Strange Little Birds como un álbum de devastadora belleza. Concuerdo a plenitud con tan precisa definición.

(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hugo, mis respetos. Eres un chingon al hacer resenas de discos. Por ti he comprado
muchos discos, los he entendido, los he saboreado, gracias a tu perspectiva que ayuda
mucho al momento de empezar a digerir un plato sonoro.

Gracias!!!