lunes, 27 de junio de 2016

Quadrophenia

Este nuevo intento de Pete Townshend por escribir una ópera rock no resultó tan afortunado, desde el punto de vista de la popularidad, como Tommy. Musicalmente, Quadrophenia (1973) es un excelente álbum doble, con canciones magníficas, un homenaje a los orîgenes mods de los Who y con una historia más realista y mucho menos fantasiosa que la de Tommy Walker. 
  El disco fue escrito en su totalidad por Townshend, en un momento en el cual las tensiones dentro del grupo eran fuertes y amenazaban con una ruptura. No hay, por ejemplo, un solo tema de John Entwistle, quien además se quejaría (al igual que Roger Daltrey) de haber sido menospreciado, incluso a la hora de mezclar las cintas de grabación (no se entiende por qué: hay partes en las cuales su bajo suena de manera asombrosa, como en “The Real Me”). 
  Menospreciado por buena parte de la crítica, Quadrophenia debe ser revalorado como un trabajo de estupenda factura, con composiciones de un nivel tan alto como la ya mencionada “The Real Me”, la bellísima y conmovedora “I’m One”, la sardónica “Bell Boy” (cantada por Keith Moon), “I’ve Had Enough”, “5:15” y la esplendorosa “Love, Reign o’er Me”. Una producción limpia e impecable, con un uso de los sintetizadores tan bueno como en Who’s Next.

(Reseña que escribí originalmente para el Especial No. 11 de La Mosca en la Pared, dedicado a The Who y publicado en marzo de 2008)

1 comentario:

Little Billy dijo...

Tremendo discazo,tan infravalorado entre la discografía Who como la misma banda lo es en estos cutres lares. Ojalá no vuelvan a cancelar -por ninguna razón pero mucho menos por falta de demanda de boletos como la vez primera-. Ojalá los Who se hayan granjeado unos cuantos seguidores, gracias a que algunas de sus canciones salían en CSI o en el guitar jiro, que vayan a verlos. Ojalá vengan y pateen culos como suelen y solían hacerlo, con el espectáculo más ensordecedor, violento y conmovedor del rock entero. Cierto, no es la banda entera, cierto, igualmente, que los que quedaron no murieron antes de llegar a viejos. Sin embargo, la nostalgia es tanta, su leyenda tan de proporciones hercúleas, sus canciones tan parte de las vidas de (espero, ¡por el amor y cordura de cristo pantocrator!) no pocos wholigans que por momentos, si durante el concierto llegamos a entornar los ojos, creeremos ver a Pete empecinado en el molino sangriento y a Roger atrapando en el aire al microfono-ventilador de la isla de Wright, de Fillmore East, o de Kilburn, y nos vendrán lágrimas a los ojos, y el mundo entero tendrá el tamaño de un grano de mostaza y nuestras cabezas serán como nueces a punto de ser aplastadas por una guitarra cayendo del cielo como un martillo contra el suelo, y el resto valdrá un carajo.

Espero verle a usted y a muchos allí.

Saludos cordiales.

LONG LIVE ROCK!!!!!