viernes, 2 de septiembre de 2016

El rico y el gringo

Empecé a componer canciones el 15 de noviembre de 1969, a mis 14 años de edad. Como autor, he pasado por muy diferentes etapas, una de ellas la etapa militante de izquierda que duró bastantes años. Esta canción la escribí el 9 de diciembre de 1974 (tenía 19 años) y es un buen (¿o un mal?) ejemplo de ello. En la lista de mis composiciones es la No. 454. No sé cómo definirla musicalmente: tiene algo de rock y algo de folk. Es intensa y dramática también, sobre todo porque la principal armonía es un constante ir y venir de Si menor a Sol mayor con un ritmo semilento.
He aquí la letra.

El rico y el gringo

¿Quién tiene la culpa de que tú seas pobre?
¿Quién tiene la culpa de que tú no comas?
¿Quién te mantiene en la miseria?
¿A quién le conviene que padezcas hambre?
¿Quién tiene la culpa de que tus hijos se mueran de frío y de enfermedades?
¿Quién te mantiene oprimido, a quién le conviene todo este martirio?
Al rico y al gringo, al rico y al gringo.
El rico quiere tu trabajo y te paga mal.
El gringo se roba la Patria y la hiere más.

Crees que naciste pobre y que así seguirás.
Los curas te dicen que así siempre será.
Se aprovechan de tu inocencia,
pero el día que tú quieras todo cambiará.
Dime si no quisieras poder descansar,
tener lo suficiente para no sufrir más.
Dime si no te gustaría que ya no hubiese nadie que fuera pobre.
Pero el rico y el gringo, el rico y el gringo.
El rico quiere que seas pobre, cada vez más pobre.
El gringo roba lo que es nuestro y luego se esconde.

Ellos son los que te explotan, ellos son los que te roban.
Ellos son los que te matan, ellos son los que te odian.
Ellos creen que pueden todo, pero están equivocados,
porque el día en que tú y tu hermano y tu amigo y compañero,
el día que nos unamos, pagarán por lo que han hecho.
El día en que nos unamos y que estemos todos juntos,
entonces ya no habrá pobres y los que matan serán difuntos
y los que roban serán difuntos y los que explotan serán difuntos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

tu epoca chaira pues, de la que te quejas hoy