sábado, 28 de enero de 2017

No quiero hablar de Donald Trump

En serio, el tipo lleva una semana en la Casa Blanca y tanto leer y oír de él ya me tiene hasta el copete. Desde el primer día, Donaldo empezó a dar de qué hablar, con una hiperactividad digna de mejores causas y todo mundo se ha hecho eco de esas famosas órdenes ejecutivas que dispara con la velocidad de Usain Bolt (con todo y medalla de oro arrebatada).
  Por eso no quiero hablar de Trump, porque políticos, analistas, periodistas, conductores de radio y televisión, más el público en general parecen no tener otro tema. Que si va a levantar el muro en la frontera, que si va a expulsar a millones de inmigrantes, que si cada que lanza un exabrupto el peso mexicano se devalúa, que si se pelea con la prensa gringa, que si está desarmando el Obamacare, que si ya autorizó la construcción de dos peligrosos oleoductos, que si dice que el cambio global no existe, etcétera, etcétera, etcétera.
  Todos hablan de Donald Trump y yo me niego a hacerlo. Me niego a decir que su lenguaje corporal es terrible, que tiene un pésimo gusto al vestir, que su peinado es una cosa inenarrable, que su opinión sobre las mujeres es vergonzosa, que en cada conferencia de prensa dice dos mentiras por minuto, que es un sujeto la mar de desagradable, que sigo sin entender cómo carajos llegó a la primera magistratura del país más poderoso del orbe.
  Por eso, hoy no quiero hablar de él o de la manera como canceló la entrevista que iba a tener el próximo martes con el presidente de México (con lo cual la bizantina polémica sobre si Peña Nieto debía o no ir a dicha entrevista quedó finiquitada... por Donald Trump).
  Que quede claro entonces: esta vez no hablaré de ese señor.

* * * * *

¿Y si antes de que los gringos empiecen a construir su muro, nosotros construimos otro de este lado? Se generaría empleo, la industria de la construcción volvería a florecer (digo, son 3 mil kilómetros de frontera), los servicios también entrarían en boga...). En fin, es sólo una ideota.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)

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