jueves, 21 de diciembre de 2017

Las 22 canciones beatlescas de George Harrison


A pesar de lo idílica que en su tiempo pudo parecer la relación interpersonal de los cuatro Beatles, la verdad es que entre John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison se daba una batalla sorda que en el fondo tenía que ver con algo por lo cual la humanidad siempre ha peleado encarnizadamente: el poder. Harrison fue quien más sufrió esta situación, ya que por mucho tiempo la dupla Lennon-McCartney se encargó de poner a su paso cuanto obstáculo podía, con el fin de que sus canciones, las del buen Georgie, no tuvieran cabida en los primeros álbumes del cuarteto de Liverpool. Cuando en los inicios del grupo, el más pequeño de los cuatro llegaba con alguna flamante cancioncita recién escrita, la afilada lengua de John la hacía trizas, apoyada por la bonachona pero letal complicidad de Paul. A pesar de esos terribles golpes contra su autoestima, Harrison jamás se dio por vencido y quizá por lo mismo se empeñó en componer cada vez mejor.
  En los primeros cinco álbumes del cuarteto, sólo aparecen tres canciones de George entre las 70 incluidas, muchas de ellas covers (veintiuna) y la mayoría de Lennon y McCartney (cuarenta y seis). Los temas son la muy modesta “Don’t Bother Me”, incluida en el disco With the Beatles (1963), la popular y encantadora “I Need You”, escrita por Harrison para su entonces novia Patti Boyd, y la casi intrascendente “You Like Me Too Much”, ambas del Help! de 1965. Pero en Please Please Me (1963), A Hard Day’s Night (1964) y Beatles for Sale (1964) no hay una sola composición del joven guitarrista.
  No sería sino hasta el espléndido Rubber Soul de 1965 que la labor de Harrison como autor sería empezada a tomar un poco en serio, aunque más por críticos y seguidores del grupo que por sus propios compañeros. Con “Think for Yourself” e “If I Needed Someone”, se aventuró por estructuras armónicas y arreglos más elaborados, sobre todo en esta última, escrita igualmente para Patti Boyd, en la cual resulta clara la influencia de The Byrds y en especial de la guitarra Rickenbacker de doce cuerdas de Roger McGuinn. 
  El salto más fuerte lo dio sin embargo al año siguiente, cuando en una de las obras cumbres de los Beatles, el álbum Revolver, Harrison incluyó una triada de canciones estupendas, en especial dos de ellas: “Taxman” y “Love You To”. La primera, una joya llena de crítica ironía social (y financiera), un alegato contra la salvaje recaudación de impuestos inglesa, con un seco acorde de guitarra que hoy es ya un clásico; la segunda, su inicial incursión en forma dentro de la música hindú, con una instrumentación basada en el sitar y la tabla. La tercera pieza harrisoniana de Revolver fue “I Want to Tell You”, tal vez no tan brillante y propositiva como las otras dos, pero cuya estructura armónica permitió a George Martin hacer un muy interesante arreglo.
  En el Sgt. Pepper Lonely’s Heart Club Band de 1967, la única composición de Harrison es la discretamente monumental (valga la paradoja) “Within You Without You”, con su filosófica letra y la orquesta de once instrumentos de cuerda (más Neil Aspinall en la tamboura). Gracias al impacto que ese álbum tuvo a nivel universal, la propia canción se difundió por todas partes e hizo que la capacidad de George Harrison como autor se reconociera urbi et orbe.
  Durante las sesiones del Sargento Pimienta, fueron grabadas otras dos composiciones de Harrison, ambas extraordinarias: “Only a Northern Song” e “It’s All Too Much”. Sin embargo, debido en mucho a la actitud egocentrista de John Lennon y Paul McCartney, no tuvieron cabida y no aparecieron hasta 1968, en la banda sonora de la película Yellow Submarine.
  Magical Mystery Tour (1968) incluyó un solo tema de George, la extraña “Blue Jay Way”. Luego vino una pieza que significó el primer sencillo suyo jamás lanzado, así haya sido como lado B de “Lady Madonna”. Me refiero a “The Inner Light”, la luz interna que daría título a un relato del escritor José Agustín.
  El célebre y doble álbum blanco (llamado en realidad The Beatles, de 1968) tuvo cuatro canciones de Harrison distribuidas en sus cuatro caras. “While My Guitar Gently Weeps” es una obra maestra, una de las máximas composiciones harrisonianas, un tour de force drámatico y rocanrolero con un esplendoroso solo de guitarra de Eric Clapton, el gran amigo-enemigo-amigo del de Liverpool. Por su parte, “Piggies” es una pequeña  y juguetona pieza cargada de sarcasmo cuasi mozartiano, mientras que “Long Long Long” seduce por su mimimalismo y “Savoy Truffle” divierte con su burlón alegato macrobiótico.
  Como se sabe, Let It Be (1970) fue grabado antes que Abbey Road (1969), aunque aquél haya aparecido un año después. Del primero son dos modestas tonadas de Harrison: “I Me Mine” y “For You Blue”, mientras que en el segundo hay dos piezas soberbias, una de ellas la canción cumbre de George y el tema de los Beatles con más versiones después de “Yesterday”: “Something”. El otro corte es más sencillo y discreto, pero aun así magnífico: “Here Comes the Sun”. Por ese mismo tiempo apareció otro sencillo de Harrison, “Old Brown Shoe”, como lado B de la lennoniana “The Ballad of John and Yoko”.
  He aquí pues las veintidós canciones compuestas para los Beatles por George Harrison que pudieron aparecer en los álbumes oficiales. Hubo otras, por supuesto, que nunca lograron pasar el filtro del trío Lennon-McCartney-Martin, como la viejísima “You Know What to Do” de 1964 (la cual aparecería hasta 1995 en Anthology I), “Not Guilty” de 1968 (puede oírse en Anthology 3 de 1996) y la maravillosa “All Things Must Pass” que George sólo pudo grabar hasta su primer álbum como solista, precisamente llamado All Things Must Pass.

2 comentarios:

Alfredo Pontones Baute dijo...

Excelente Nota señor Michel.

Unknown dijo...

Una excelente reseña de la obra de George con los Beatles