lunes, 28 de abril de 2008

Reconfortado


Amanecí triste. Es muy difícil digerir que una persona tan cercana de pronto ya no esté aquí, en este mundo. A pesar de que tenía cerca de dos años de no ver a Jorge y de no cruzar palabra con él, lo extraño. Por suerte, ella vino a visitarme y su cariñosa presencia me reconfortó muchísimo. Se portó lindísima conmigo (lo hizo desde el fin de semana, ya que tanto el sábado como el domingo me llamó para saber cómo estaba todo, mientras yo me encontraba en la capilla donde velamos a mi hermano). Hoy cominos juntos en mi casa y platicamos mucho. Es un amor, una mujer divina. No imagino mi vida actual sin ella.

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