martes, 22 de abril de 2008

Votre dos


Podría perderme en los médanos de tu espalda morena.
Permanecer extraviado en ella sin desear que me rescaten.
Podría deslizarme por las lisas pendientes de tu dorso aireado.
Abandonarme en la suavidad de tu enajenante epidermis.
Ahí me ocultaría, ahí me resguardaría, para siempre.